Extracto libro: CUENTOS Y LEYENDAS COMARAPA

Hace muchos años atrás en la comunidad de Río Arriba, sus habitantes empezaban a trabajar desde muy temprano y regresaban a sus viviendas al anochecer muy agotados por la labor diaria del campo.

Una de aquellas noches, en el cerro de Tuquipalla que se encuentra en las cercanías del pueblo, de repente se empezó a escuchar un repique de campanas muy fuertes, mismas que no dejaron de sonar hasta el amanecer.

Al día siguiente las personas del lugar despertaron todas muy enfadadas, porque el sonido de las campanas no les había dejado dormir durante toda la noche.

En un principio pensaron que había sido una broma de algunos muchachos que lo hacían solo para molestar a la población. Hasta que finalmente un día decidieron subir al cerro para ver por qué o quienes hacían sonar las campanas.

Grande fue la sorpresa de todos, que cuando llegaron a la cima del cerro no encontraron ninguna campana solo unos profundos huecos cavados en la roca.

Cuenta la leyenda que un sacerdote penitente fue ahogado en las aguas del cerro por unos delincuentes que estuvieron por el lugar. Su fantasma era quien tocaba las campanas como una forma de expresar su dolor por lo que le habían hecho aquellos malhechores.

Así nació la leyenda de “Las campanas de Tuquipalla”, haciendo referencia al enclaustramiento del fantasma del sacerdote penitente en el cerro de Tuquipalla.