Establecimiento de los españoles en el Virreinato del Perú, las conquistas parciales, Fundación del virreinato, fundación de las ciudades de el Alto Perú
Establecimiento de los españoles en el Virreinato del Perú
Después de la muerte de Atahuallpa, los conquistadores siguieron internándose en el territorio hasta llegar al Cuzco, capital del imperio, que sometieron sin gran dificultad, pues se aliaron con algunas tribus indígenas, aumentando considerablemente sus ejércitos. Regresando a la costa, Pizarro fundó la ciudad de Los Reyes o Lima, que eligió por capital de las tierras conquistadas.
En busca de nuevos territorios por someter, marchó poco después donde actualmente es Chile el capitán D. Diego de Almagro, pasando por el Collasuyo, que los españoles bautizaron con el nombre de Alto Perú, por ser el de las altas montañas y de las mesetas elevadas.
Pero la verdadera ocupación del Collasuyo estuvo a cargo de Gonzalo Pizarro, hermano de Francisco, que debió combatir con los habitantes del país hasta someterlos al yugo español
El capitán Pedro de Anzures fundó la ciudad de Chuquisaca, el año 1538, seis años después de la llegada de los españoles al virreinato del Perú. A los siete años de la fundación de Chuquisaca, llamada después La Plata por su proximidad a los minerales de Porco, y también Charcas, por haberse levantado en las posesiones de los indios de ese nombre, el capitán Diego de Centeno fundó la ciudad de Potosí (1545) en las faldas del cerro del mismo nombre, que había sido descubierto, poco antes, por Juan de Villarroel, anoticiado de la riqueza extraordinaria de aquella montaña por un indígena llamado Huallca, que estaba a su servicio.
Tres años más tarde, en 1548, el capitán Alonso de Mendoza fundaba la ciudad de La Paz, en la cuenca del río Choqueyapu.
Mientras los capitanes que conquistaron el Perú recorrían el Collasuyo en todas direcciones, otros expedicionarios se internaban por el sud de la costa del Atlántico, después de descubrir el Río de la Plata y el Paraguay, penctrando en las regiones de los llanos. Entre estos expedicionarios, los más notables fueron Irala y Ñuflo de Chávez. Este último fundó en 1561 la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, cerca del lugar que actualmente ocupa San José de Chiquitos.
En 1570 se fundó la ciudad de Cochabamba, por el capitán Jerónimo de Ossorio, y recibió el nombre de Villa de Oropesa. En 1547 fundó Tarija el capitán Luis de Fuentes con el objeto de establecer un punto avanzado hacia el sud, que protegiera al Alto Perú de las frecuentes invasiones de los indios chiriguanos.
Transformación y Disputas: La Fundación de Santa Cruz de la Sierra en 1595 y las Desavenencias en el Virreinato del Perú
En 1595 el capitán D. Lorenzo Suárez de Figueroa trasladó la ciudad de San Lorenzo el Real, que había sido fundada cinco años antes a orillas del río Guapay, a la Punta de San Bartotomé, en los llanos de Grigotá. Esta ciudad, andando el tiempo, había de sustituir a la de Santa Cruz de la Sierra, fundada en 1561 por Nuflo de Chávez en Chiquitos, no solamente como sede de la capital de aquellos territorios, sino también quitándole su nombre, pues la primitiva Santa Cruz no pudo prosperar y fue poco a poco abandonada. La verdadera fecha de la edificación de Santa Cruz de la Sierra en el lugar que hoy ocupa, data por consiguiente de 1595, y es la ciudad más nueva de todas las de Bolivia, a excepción de Oruro, fundada en 1604 por Diego de Padilla, con el nombre de Villa de San Felipe de Austria; y de Trinidad, capital del Beni, cuya fundación fue muy posterior y data de la reducción de los Mojos por los misioneros jesuitas, verdaderos colonizadores de esa región después de varias expediciones que sólo sirvieron para re. conocer en parte el territorio.
Durante la conquista tuvieron lugar grandes desavenencias entre los jefes españoles que se disputaban el predominio sobre las tierras descubiertas. La primera fue entre Pizarro y Almagro, y acabó con la ejecución de éste, después de la batalla de Las Salinas, a su regreso donde esta Chile. Pero los partidarios de Almagro tomaron la revancha, asesinando en Lima a Pizarro, y el virreinato del Perú quedó en situación de verdadera anarquía hasta que el emperador Carlos V, que por entonces regía el gobierno de España, dictó una serie de ordenanzas y de leyes cuya ejecución encargó a Blasco Núñez de Vela, designado Virrey (1542)
A partir de esta fecha se sucedieron en el gobierno del Virreinato del Perú treinta y seis virreyes, siendo uno de los más notables D. Francisco de Toledo, en cuyo tiempo se dictaron leyes de minería, se fundaron casi todas las ciudades altoperuanas y se adoptaron normas de gobierno para la mejor marcha de las colonias.