La Batalla de Aroma

La batalla de Aroma, durante el periodo colonial, en esta parte del continente antes denominada Charcas o llamado Alto Perú, hasta la independencia el 6 de agosto de 1825, se suscitaron diferentes acontecimientos en la búsqueda libertaria de la colonia española. En este mismo ámbito, surgieron proclamas de adhesión a la junta gubernativa de Buenos Aires, así como desconocimientos de las autoridades españolas en el Virreinato de Buenos Aires, de la Real Audiencia de Charcas, entre otras.

1661

En 1661, en La Paz, se produjo una sublevación popular encabezada por Antonio Gallardo. Posteriormente, en 1730, estalló otra sublevación dirigida por Alejandro Calatayud contra las autoridades españolas en Cochabamba. En 1739, en Oruro, fue descubierta otra conspiración en contra de las autoridades locales, y sus promotores fueron ejecutados.

En 1781, en Oruro, se dio otro levantamiento dirigido por Sebastián Pagador. A su vez, en 1780, a la cabeza de los hermanos Tomás, Dámaso, y Nicolás Katari, los ayllus de Macha y Chayanta de Potosí se levantaron contra la Corona española. Sin embargo, hubo traidores entre los mismos indígenas, ya que los hermanos Katari fueron arrestados, luego ahorcados, y posteriormente, sus cuerpos despedazados en la ciudad de La Plata en 1781.

1780

Julián Apaza, conocido como Túpac Katari, y su esposa, Bartolina Sisa, en 1780, mantenían contacto con otros líderes como Tomás Katari de Potosí y Tupaj Amaru de Cusco. Todos compartían el descontento contra los abusos sufridos por los españoles. En marzo de 1781, se produce el cerco a La Paz, que duró hasta octubre del mismo año. A pesar de la llegada de 7.000 soldados al mando del teniente coronel José de Resiguen, rompiendo el cerco, comenzó una represión contra los indígenas y los guerrilleros libertarios.

Se persiguió a los principales cabecillas y lograron la captura de Tomás Katari. Fue trasladado a Peñas, donde el 14 de noviembre de 1781 fue sentenciado y descuartizado por cuatro jinetes montados en caballos traídos desde Tucumán. Según algunos historiadores, antes de su ejecución, con la fuerza y valor del aymara originario, gritó: “A mí me matan, sobre mí vendrán miles y millones”. Por ese acto de valentía, le cortaron la lengua, y luego, los caballos corrieron en diferentes direcciones. Sus miembros fueron llevados a diferentes poblaciones en señal de escarmiento para quienes quisieran seguir su ejemplo.

El 5 de septiembre de 1782 fue ejecutada Bartolina Sisa, y el 15 de noviembre la hermana de Túpac Katari, Gregoria Apaza, fue ahorcada en la plaza.

En 1804, los indígenas tupi guaraníes se rebelaron contra los abusos de los españoles.

1809

En 1810, antes de la Batalla de Aroma, ya había pronunciamientos contra la Corona española, como el de Cochabamba el 14 de septiembre de 1810. El 24 de septiembre de 1810 en Santa Cruz, también se dio un levantamiento con una declaración contra la Corona española, y en un cabildo se formó una junta. El 6 de octubre del mismo año, a la cabeza de Tomás Barrón, en la Villa de Oruro, se reunió el cabildo para considerar las órdenes del representante de la Real Audiencia de Charcas. Sin embargo, la gente empezó a reunirse frente al ayuntamiento, donde se escuchaban gritos de ¡Viva la patria! y pidiendo la deposición de las autoridades españolas, y así fue. Hasta entonces, La Paz, Potosí y Charcas estaban bajo dominio español.

En realidad, los Oidores aliados con los doctores de la Universidad San Francisco Xavier y apoyados por el pueblo que encabezaban los hermanos Zudáñez y Monteagudo, entre otros, dieron inicio al primer alzamiento contra la dominación peninsular en 1809. Ante estos acontecimientos, la Audiencia se hizo cargo del gobierno de Charcas.

El 16 de julio de 1809 en La Paz, a la cabeza de Pedro Domingo Murillo, los hermanos Lanza y otros se apoderaron de la fuerza pública y en cabildo abierto depusieron a las autoridades españolas, al gobernador Tadeo Dávila y al Obispo La Santa, y organizaron la Junta Tuitiva.

Sin embargo, esto duró poco tiempo, ya que los españoles al mando de Goyeneche entraron a La Paz con 5.000 hombres para perseguir a los cabecillas de la revolución de julio, quienes fueron apresados y sentenciados a la horca, restableciéndose el dominio español en La Paz.

Por otra parte, en Chuquisaca los insurrectos permanecían tranquilos, hasta la llegada del nuevo presidente Vicente Nieto, nombrado por el Virrey de Buenos Aires. Esto sucedió poco antes de la ejecución de Murillo, o sea, dos meses después de la derrota de los revolucionarios de La Paz, con la entrada de Goyeneche a dicha ciudad.

El 25 de mayo de 1810 estalla la revolución en el Virreinato de Buenos Aires. El comandante de los patriotas revolucionarios era el potosino Cornelio Saavedra, dando de esta manera un golpe subversivo a la monarquía que había entrado en crisis.

La revolución se operó pacíficamente, donde Cisneros fue sometido porque no tuvo la fuerza necesaria para resistir este hecho.

Batalla de Aroma

En vísperas de la histórica Batalla de Aroma, la población del Charcas estaba dividida en dos posiciones: unos sometidos al Virreinato de Lima, como La Paz y La Plata, y

otros, como Oruro, Cochabamba, Santa Cruz y Tarija, estaban con la junta gubernativa de Buenos Aires.

Luego de la revolución de octubre, en Oruro, los realistas sometidos por Tomás Barrón pidieron auxilio al gobernador intendente de La Paz, y los sublevados exigieron refuerzos a Cochabamba, los cuales llegaron al mando de Esteban Arze.

Por el sur, el Ejército Auxiliar, enviado por la Primera Junta de Gobierno, derrotaba en la Batalla de Suipacha al Ejército Real del Perú, enviado por el Virreinato del Perú. A consecuencia de la victoria de las armas argentinas, tomaron posesión de Potosí. Allí enjuiciaron al presidente Vicente Nieto, al intendente Paula Sanz de Potosí y al general Córdova, quienes fueron fusilados porque no quisieron reconocer la autoridad de la junta gubernativa de Buenos Aires. Sin embargo, estas ejecuciones son consideradas ilegales, por lo que Castelli fue acusado de crueldad. Esta fue la primera derrota a manos de armas argentinas.

CONFRONTACIÓN BÉLICA DE AROMA – JARU HUMA

Las tropas de Charcas se enteraron de que el coronel Ramírez de La Paz había enviado un contingente de 800 hombres bien armados al mando del coronel Fermín Piérola con el fin de tomar Oruro y luego pasar a Cochabamba para retomar el control español.

El 12 de noviembre, al mando de Esteban Arze, el ejército de patriotas, conformado por cochabambinos y orureños, salió de Oruro al encuentro del contingente militar realista que se dirigía rumbo a Oruro. El primer día llegaron a Caracollo, el segundo día arribaron a Panduro, donde descansaron. En la mañana del día 14 de noviembre, continuaron al encuentro del enemigo.

Mientras tanto, los realistas pernoctaban a orillas del Río Grande, en inmediaciones del hoy pueblo de Belén. Sedientos por el trajín y cansados del intenso calor de esa época, lo que se conoce en nuestro idioma nativo como “lapaca”, buscaron agua para beber. La encontraron en esas inmediaciones, pero era agua salada o picante, y la tomaron. En el idioma aymara se dice “jaru huma”, por ello, y con el paso del tiempo, ese lugar se convertiría en el campo de la Batalla de Jaru Huma, hoy Aroma.

Ambos ejércitos se vieron frente a frente en la llamada Mayk’a Pampa. El combate, de acuerdo con algunos historiadores, se dio entre 800 realistas contra 1.000 patriotas aproximadamente, aunque otros indican que fueron 2.000 revolucionarios. Los patriotas hicieron retroceder a los realistas y llegaron hasta el lugar de su campamento, a orillas del Río Grande, hoy puente Belén, el cual está a 20 kilómetros al sur de la capital Sica Sica, sobre la carretera La Paz-Oruro.

Algunos de los derrotados escaparon en sus caballos, pero los de a pie cayeron prisioneros y fueron llevados al lugar donde se encontraban sus pertrechos. No está claro el número de efectivos patriotas que, después del triunfo, regresaron hacia Oruro y Cochabamba, aunque algunos historiadores indican que continuaron hacia La Paz.

Historiadores e investigadores coinciden en que el lugar de los hechos fue en las pampas de Aroma, a orillas del río Belén. A partir de este acontecimiento histórico, hasta 1825, los criollos y mestizos libraron muchas batallas, y así se fueron conformando las llamadas “republiquetas”. La última batalla ocurrió el 2 de abril de 1825 en Tumusla, hoy departamento de Potosí, donde fue muerto el jefe español Pedro Antonio Olañeta. Este triunfo patriota se destaca porque fue enteramente de patriotas bolivianos. El lugar donde ocurrió la batalla es un distrito municipal de Sica Sica.

Fuente: LA REVISTA: BOLIVIA DEL BICENTENARIO – EDITADO POR BOLIVIATECA