Extracto de libro: Leyendas y misterios de Pulacayo

Llamado así porque antiguamente los médicos botaban fetos, abortados por sirvientas y enfermeras que prestaban servicios en el hospital, con quienes tenían relaciones extramatrimoniales. Nuestros mayores cuentan que en ese lugar suelen escuchar llanto y risas de niños, algunos aseguran haber visto a niños jugando entre sí, por lo que presume que son los duendes que caminan en Pulacayo. Ese lugar es un poco pesado al menos por la noche, razón por la que la gente decidió no caminar por ahí, y los que lo hacen, siempre se chocan con almas o duendes malignos.

Cuentan que algunos médicos tuvieron relaciones dentro del hospital con el personal de servicio y enfermeras, provocando embarazos no deseados, y abortos forzados para no quedar mal ante la sociedad y no perder su reputación. Incluso, aseguran que hubo enfermeras que les obligaban a echar a los fetos al rio, situado en el lado derecho del
hospital. En algunos casos, los fetos fueron enterrados dentro del hospital, donde se sitúan los árboles.

Actualmente, estos árboles están aún, y se ven tenebrosos, tiene el aspecto de personas gigantescas, malignas, con brazos deformes, y las raíces sobresalidas, provocando
rajaduras en el suelo.

Felizmente, hubo médicos que respetaron la vida de sus hijos, concebidos fuera de su matrimonio. Optaron en dejar el pueblo, retornando a sus lugares de origen, y dejando atrás la triste historia.