Por la explotación de la famosa mina San León de Pulacayo – Bolivia, existía un delincuente, muy conocido por su famoso bolsillo, incrustado en la parte derecha de su abdomen, de su mismo cuerpo. Se supo de este extraña cualidad física, gracias al asesinato de una familia humilde que vivía por el barrio 31 de octubre. Lo descubrieron por el grito de los niños, Los vecinos llamaron a la policía, se reunieron todos para agarrarlo y matarlo; pero, al darse cuenta, el delincuente se dio a la fuga. En la persecución, uno de los policías alcanzó a herirlo de una bala, en el hombro izquierdo. Huyo hasta el campamento minero.
La noticia de su escape se difundió. Todos se alistaron con armas, por si ingresaban a sus casas. Hubo un hombre, que se enteró por su amigo, que el delincuente estaba rondando por ahí, y además, llevaba una herida en el hombro izquierdo. El hombre, tomo la precaución
armándose con una escopeta, escondiendo el arma tras la puerta de su casa, ya que él vivía solo. Pasó media hora, el hombre creyó que ya lo habían apresado, y se puso a descansar.
Pero, en ese instante, entro un hombre herido pidiendo que le ayude a esconderse y además que le sane su herida. El hombre, se dio cuenta que él era el fugitivo. Se dirigió a la puerta, donde estaba escondido el arma, mientras el fugitivo le ofreció oro para su refugio, el hombre pregunto ¿Dónde está ese oro?, el fugitivo se empezó a quitar el saco que llevaba, se desvistió la parte superior y mostrando la parte derecha del abdomen en la cual se veía una cicatriz en forma de bolsillo, ahí metió la mano, y saco monedas de oro. El hombre estaba impactado, pero, no aceptó, así que agarro la escopeta y empezó a disparar pero este maleante no moría fue como si en su cuerpo estaría el mismo diablo.
Escapo de la casa, pero no se dio cuenta que la policía se encontraba cerca, los policías lo vieron y corrieron hacia él, por las heridas de bala no pudo escapar, lo atraparon y lo sentenciaron a pena de muerte cortándole la cabeza. De esta manera esta historia fue
transmitiéndose de generación en generación por familias que vivieron en el campamento minero.
Extracto de libro: Leyendas y misterios de Pulacayo