CUENTOS MITOS Y LEYENDAS – Provincia Chiquitos
Don Cirilo Carrillo era un anciano muy conocido en Santiago de Chiquitos, tenía tres hijos varones y cuatro hijas mujeres y muchísimos nietos. Era alto, delgado y moreno, trabajaba carpiendo su chaco y sembrando yuca, camote, maíz, frejol, zapallo, sandía y plátanos.
Como trabajaba de sol a sol, para refrescarse le gustaba ir al río a bañarse junto a un lugar donde había piedras. Siempre usaba jabón de paí, que le hacía Doña Josefa Moreno con cebo y lejía.
Un día agarró su jaboncito, su toalla, su ropita para cambiarse, sus abarcas y se fue al sector de las piedritas a bañarse acompañado de sus nietos, entre ellos Judith Garleni, que siempre lo acompañaba a todos lados, porque era su nieta adulada.
Se cuenta que en los ríos hay un viborón que cuando se van a pescar con hartos amigos, o bien solo, sale, se come a las personas sin dejar rastros…
Cuenta un amigo, que es verdad, cuando salió a pescar solo, el viborón salió para comérselo y el corrió, el viborón no se rindió. Y después de contar la gran aventura el hombre desapareció y no se volvió a saber más de él en años; es por ello que dicen que si el viborón te ve no se rinde hasta matarte para que no sepan de su existir.
Su cabeza es en forma de flecha para mejor movimiento y en temporadas de pesca aprovecha salir, duerme hasta que siente un humano y sale silenciosamente. Es de color verde con puntos negros en todo su cuerpo.
Cuentan que ese viborón hoy en día sigue vivo. Sus parientes son las anguilas quienes también matan y advierten a los pescadores, tener muchísimo cuidado, porque el viborón ya dejó huevos y cuando ellos nazcan tendrán muchísima hambre y por lo tanto es peligroso todavía; no se lo puede ver y los que lo pudieron ver murieron en las garras del viborón.