Leyenda del Jucumari.- Vivía en los montes cercanos a Comarapa un Jucumari. Este animal se aparecía a las mujeres solas o acompañadas que se alejaban de su familia por el camino boscoso, para ver si en ellas podía encontrar una pareja y llevarla a su cueva. Por esta razón era una amenaza, sobre todo para las mujeres que vivían en el campo.
La historia cuenta que en las cercanías del pueblo, una familia estableció una propiedad ganadera, dedicada a la producción de leche. Una noche, luego de realizar las labores diarias, la familia encendió una fogata y se dispuso a descansar, tendiendo sus camas en el suelo
y a la intemperie. Pasada la media noche escucharon ruidos a su alrededor. Rápidamente se levantaron y avivaron el fuego, pero solo lograron ver una sombra que desaparecía en el bosque.
Al día siguiente tomaron sus precauciones atando sus perros a los árboles cerca de donde se recostarían. Pero esto no fue suficiente ya que a la mañana siguiente la hija mayor había desaparecido.
Durante todo el día buscaron a la joven, pero parecía que mientras más buscaban, más difícil se hacía encontrarla.
Con el paso del tiempo, la familia perdió las esperanzas de encontrarla, y abandonaron la búsqueda.
El jucumari había secuestrado y hecho prisionera a la joven en su cueva, quien después de un tiempo inexplicablemente quedó embarazada. Él se llenó de alegría, apreciando más a la joven aunque no dejó que saliera de la cueva.
Luego de un tiempo, dio a luz a un niño que a medida que crecía adquiría una fuerza sin igual. El jucumari lo sacaba a jugar cada atardecer, porque temía que si lo sacaba en el día algún cazador hiciera daño.
Pasaron los años y aunque todo parecía normal, madre e hijo buscaban la manera de escapar de la cueva sin poder lograrlo.
En una oportunidad, el jucumari se fue de cacería a lugares más alejados que de costumbre, el hijo ya adolescente logró derribar la piedra que hacía de puerta en la cueva con su inmensa fuerza.
Así, madre e hijo, emprendieron la huida. Al regresar, el jucumari logró verlos y fue tras
ellos, alcanzándolos en la ribera de un río.
El hijo, que tenía una fuerza superior a la de su padre, logró detenerlo y dejar que su madre se aleje. El jucumari al saber que el hijo quería seguir a su madre, lo dejó partir, presintiendo que algún día volvería junto a él.
Madre e hijo optaron por establecer un hogar en el refugio más cercano, la población de Comarapa.
Allí no todos lograron considerarlos una familia normal, ya que cuando el joven entró al colegio sus compañeros lo encontraban diferente.
Al no soportar tanta presión, decidió abandonar el pueblo e ir en busca de su padre,
sabiendo que el jucumari estaba esperanzado en su regreso. Una vez junto a él, prometió
nunca más dejarlo, aunque eso significaba renunciar a su madre.
La madre buscó incansablemente a su hijo sin poder encontrar rastro alguno del muchacho. El hijo por su parte, esperaba ver con los primeros rayos de sol, el rostro de madre.
Extracto libro: CUENTOS Y LEYENDAS COMARAPA