Cuenta la leyenda que cerquita de Bibosi hoy Gral. Saavedra, había un ranchito llamado Linares donde vivían muchas familias, en la hacienda del señor Santiago Jiménez de 50 años de edad donde formó su familia teniendo dos hijos uno llamado Mauro y el otro Miguel, cultivaban arroz, yuca, algodón y mucho café, trabajaban 50 peones quienes se encargaban de la cosecha; en unas gavetas de cuchi largas en donde ponian el café que en el mes de octubre y noviembre comenzaba, este era lavado en las gavetas acarreando agua de los pozos o paúros trayendo latas de agua en la cabeza poniéndose las mujeres una rosca
de trapo en la cabeza y hojas en el agua para no derramarla, ellas mismas se ocupaban de sacar hojas de motacú tierna para hacer quipi, quibora, jasaye, parichi y otras cosas para salir al pueblo y cambiarlas por azúcar, pan, manteca y otras cosas que les faltaban, esta gente se está haciendo más grande porque nacieron varios niños y niñas, la mayor parte era de Isoso el cual muy poco se les entendía su lengua Guaraní.
Después de un tiempo se enfermó un niño y todos se sorprendieron al ver que el niño comenzó con dolor de cabeza , fiebre, lo curaban con yerbas del campo y nada no se curaba tenía tan solo 2 años, al transcurrir las horas se puso morau y su cuerpo se llenó de ronchas grandes de color rojas para luego quedar moradas, los demás trabajadores se preguntaban cómo se llamaba esta enfermedad que habían traído esta familia que recién había llegado, y que fue quien trajo esta enfermedad llamada escarlatina, fue una peste que arrasó con casi todas la familias de Linares sin distinción de edades, en cada choza se pusieron a sajumar para que no prenda esta enfermedad pero ya era demasiado tarde, la mayoría de las familias estaban contagiadas y fueron muriendo uno a uno hasta familias enteras que tenían que envolverlos en sabanas atados con bejucos y arrastrarlos en esteras y ser llevados en palos hasta los pozos, debajo de árboles de sirari o de cacha que ellos mismos cavaban para enterrar a los muertos unos sobre otros, con mecheros en mano los trabajadores se iban a enterrar a la gente que iba muriendo fueron muchos que no habían espacios, los trabajadores le dijeron a don Santiago dueño de la hacienda Linares que estaban muriendo de hechizo.
Al ver que su gente estaba muriendo, a don Santiago no le quedo de otra que salir del lugar con toda su familia su esposa Petronila, sus hijos Mauro y Miguel, el capataz Justo Galicia y una curandera Petrona quienes aún no estaban enfermos, bien oscuro salieron al pueblito más cercano que era Bibosi como se conocía antes a Saavedra.
Después de mucho tiempo volvieron a la hacienda Linares cuando paso la peste, solo quedaron las cosas de las familias que vivieron antes de que haya llegado la enfermedad de la escarlatina.
Con el transcurrir de los años Linares se convierte en esta leyenda que actualmente se recuerda principalmente sus descendientes del señor Santiago Jiménez y la gente que logró salvarse.
Actualmente Linares sigue conservándose como una propiedad y cuenta el casero que por las noches se ha escuchado diferentes ruidos como el arreo de ganado, gritos, silbidos fuertes y otros.
Los invitamos a conocer Linares.