El año 1998 me toco remplazar a una prima como maestra de una escuelita, en el altiplano del sudoeste de Bolivia.

Fue muy interesante viajar, el primer día llegue a un pueblito que se llama Tomabe y de ahí caminar 4 horas para ir a mi destino, ya que no había movilidad.

Ya en un profundo sueño empiezo a despertar por el bullicio que había afuera, era las 12 y 30 de la noche, escucho un ruido de motor de camión, gente hablando, voces, niños llorando, las mujeres hablaban, me pregunte ¿Cómo puede llegar a esta hora un camión? Si yo caminé 4 horas y no había movilidad, por el sonido se notaba que estaba parado cerca del cuarto, era muy fuerte. Yo quería salir a ver, pero estaba tan cansada que no quise moverme, además algo me hacía sentir miedo de lo que estaba escuchando, y después de unos minutos se perdió, no pude dormir más.

Al día siguiente temprano me percate que no había ninguna movilidad, ni huellas de llantas, y tampoco alguna persona cerca, entonces fui a preguntar a la presidenta de la junta del pueblo, y le pregunte por el transporte de la madrugada, y se quedó asombrada, porque ninguna movilidad había ingresado al pueblo, y menos a esa hora alocada, en tanta oscuridad, jamás llegan camiones con gente en la noche, peor no entran a la escuela, no supo explicarme que realmente paso.

Pasando el día mi duda crecía; pero la noche llegó, y nuevamente Morfeo me visitó; de un profundo sueño otra vez, me hizo despertar un ruido a la 1 de la madrugada, esta vez era un caballo que corría con su jinete, alguien galopaba, y le gritaba a su caballo, y corría por toda la cancha de la escuela, y pasaba cerca de mi puerta, y se alejaba, claramente que el animal corría en círculo, ¡eso me asusto!, no sabía que era lo que estaba escuchando, así por 10 minutos seguía el fenómeno, luego silencio total, no pude conciliar el sueño toda la noche.

Al día siguiente me fui nuevamente a quejar a la junta, y me dijeron, que en toda la región ¡No hay caballos!, y menos que alguien este a esa hora en la escuela.

El lugar con un clima tan frío, vi la escuela sin murallas, lejos de las pocas casas que había, y tan solo algunos cursos abandonados, yo utilizaría una de ellas para pasar clases, con una pequeña cancha de tierra al medio, uno de esos cursos sería mi morada, es claro que no había comodidades, tan solo una vela y sin electricidad, cansada me dispuse a dormir, ya que al día siguiente también el día sería largo.