Lo que a continuación les cuento sucedió en la Unidad Educativa “Franz Tamayo” en el Distrito de Entre Ríos del trópico cochabambino.

El año 2008 me fui a trabajar a Entre Ríos, una localidad ubicada en el kilómetro 265 en la carretera Cochabamba-Santa Cruz. Este año me iniciaba como maestra de Literatura. Mi llegada al lugar fue a finales del mes de abril en vísperas al aniversario del colegio, recuerdo que en aquel entonces la promoción había organizado una serenata por lo que se contaría con la presencia de grandes grupos folklóricos.

A los pocos días de mi llegada falleció un estudiante de la promoción en un accidente, empezaron a surgir comentarios a raíz de que no era la primera vez que ocurría esto. Todos se preguntaban por qué morían estudiantes justo por esas fechas, esto era curioso.

Uno de esos días me contaron que el año 2007, un profesor de biología, en su afán de armar un esqueleto humano, pidió a los estudiantes de la promoción de entonces conseguir huesos de distintas partes del cuerpo.

Es así que cuatro estudiantes varones por obtener buenas calificaciones se aventuran y van al cementerio en horas de la madrugada a desenterrar una tumba abandonada y sacar todos los huesos de aquel infortunado cadáver. Muchos años tardaron en sospechar que el espíritu de aquel cuerpo era quien estaba cobrando las vidas de los estudiantes, y da la casualidad de que todos los que fallecían eran de la promoción.

Es así que el 2008 cerca del aniversario del colegio, muere otro estudiante, las posteriores gestiones solía ocurrir lo mismo y lo curioso era que siempre ocurría en vísperas al aniversario del colegio. El 2010 los padres de familia de la promoción realizaron una k´oa (ritual indigena), para evitar la muerte de estudiantes, pero inesperadamente muere un profesor, quien se encontraba asesorando la promoción de ese año.

El año 2011 fallecen cinco estudiantes entre varones y mujeres en un accidente de tránsito. Padres de familia y asesores cansados de tantas tragedias deciden ir a un curandero para consultar el porqué de tantas muertes cada año y en vísperas al aniversario del colegio. Es cuando se sabe que en el colegio se encontraban los huesos de un cuerpo sacado del cementerio por estudiantes de una promoción y que este ente estaba vagando en busca de los que abrieron su tumba.

Inmediatamente los asesores de la promoción, en colaboración con la Junta Escolar de entonces, decidieron devolver al cementerio los restos de aquel cadáver. Fueron varios días de búsqueda incesante hasta que se encontraron los huesos esparcidos por todos los rincones, el cráneo se encontraba en la vitrina de la dirección del colegio, los demás huesos estaban esparcidos por los rincones del depósito de la Unidad Educativa. Algunos dicen que no lograron reunir todos los huesos razón por la que aún persiste el temor de que el alma sigue penando por el patio del colegio.

Hace poco escuché que hace varios años atrás murió de forma inesperada un ex estudiante en el patio del colegio, nadie supo qué causó la muerte de aquel infortunado joven, muchos piensan que el alma de esta persona vaga por el colegio hasta el día de hoy. Sea verdad o no, lo cierto es que los porteros son fieles testigos de luces que se prenden y apagan por las noches en un aula, puertas que se abren y cierran en los baños de secundaria, mesas y sillas que se arrastran por las madrugadas, fantasmas que deambulan por las canchas deportivas. ¿Serán almas en pena?

Quiero terminar contando que en muchas ocasiones, después de concluir mis reuniones pedagógicas con los padres de familia entre las 20:30 y 21:00, sentí pasos detrás de mío al dirigirme hacia la puerta de salida y en cierta ocasión me tocaron el hombro, claro que me asusté mucho porque no había absolutamente nadie al darme la vuelta para ver quién era.