Desde impresiones autorizadas por la Corona de España, cartas escritas por el Mariscal Antonio José de Sucre y la historia de la Villa Imperial de Potosí figuran entre los documentos que están en pleno proceso de catalogación.

Una serie de documentos originales, en su mayoría manuscritos y publicaciones que datan del siglo XVIII, fueron recientemente “descubiertos” en la Biblioteca Arturo Costa de la Torre, dependiente del municipio paceño.

La responsable de la catalogación de los documentos, Ivica Tádic Pereira, en entrevista concedida a EL DIARIO, reveló que se halló un archivo secuencial de hitos del acontecer histórico boliviano y europeo de los últimos siglos, en los que se hallan incluso impresiones autorizadas por la Corona de España.

El trabajo de fichaje y clasificación que se realiza ahora sirve para determinar la naturaleza de cada una de las piezas y poder orientar respecto de su contenido, afirmó la historiadora.

En el archivo destaca un Santoral de la Diócesis de La Paz de 1790, firmado por Fray Diego Cisneros, Administrador General del Nuevo Rezo del Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial.

La publicación se realizó con la autorización del Vaticano y del Reino de España, cuya impresión fue realizada en la ciudad de Lima, para posteriormente ser difundida en las tierras del Alto Perú.

Entre las piezas históricas figura igualmente una copia de la Constitución Política de la Monarquía de España, que fue promulgada en Cádiz, el 19 de marzo de 1812.

La copia es única y fue emitida en la época en la cual el Rey Fernando VII era prisionero de Napoleón Bonaparte, cuyo hermano José Bonaparte, apodado como “Pepe” Botellas por su afición a la bebida, usurpó por la fuerza el reino.

En un empastado figuran biografías de varios precursores de la independencia de Sudamérica.

Entre los documentos de esa época sobresale una carta que el Mariscal Antonio José de Sucre escribió al general León Galindo avisándole que se le devuelven 163 mil pesos, a cuenta de un préstamo que este independentista se hizo para financiar una de las campañas de liberación de las tierras americanas.

De acuerdo con la historia, Galindo fue un insurgente de nacionalidad colombiana que participó de la Guerra de Independencia y que se quedó a vivir posteriormente en el país.

HERENCIA DE UN PATRICIO PACEÑO

Los libros fueron legados en su mayoría por Arturo Costa de la Torre, de quien su hijo Rolando afirmó alguna vez era un papirófilo, es decir un amante del papel, ya que a lo largo de su vida recolectó piezas que ahora se traducen en documentos de historia únicos.

Una carta de puño y letra del Mariscal Antonio José de Sucre figura entre sus documentos más preciados.

La biblioteca Arturo Costa de la Torre de la Alcaldía Municipal de La Paz cuenta con documentos originales de gran valor histórico, entre los que se halla una carta manuscrita del Mariscal Antonio José de Sucre, según relató a EL DIARIO la encargada Ivica Tádic Pereira.

Un viejo empastado de biografías revela, además de la vida de muchos precursores de la Independencia de la América Morena, los trazos de la escritura de Sucre.

Se trata de una carta que el Gran Mariscal dirige al General León Galindo avisándole que se le devuelven 163 mil pesos, a cuenta de un préstamo que este independentista se hizo para financiar una de las campañas de liberación de las tierras americanas.

De acuerdo con la historia, Galindo fue un insurgente de nacionalidad colombiana que participó de la Guerra de Independencia y que se quedó a vivir posteriormente en lo que ahora es Bolivia.

Este ciudadano colombiano llegó a embeberse tanto de los ideales de Sucre y del Libertador Bolívar que empeñó todos sus bienes para financiar las causas de liberación de los pueblos oprimidos.

Sucre, quien reconoce el desprendimiento de Galindo, le envía la carta y parte del dinero, asegurándole que el saldo le será enviado posteriormente, «este documento da una idea cabal de cuán idealista era esta gente», asegura.

De acuerdo con el relato y las investigaciones efectuadas por Tádic, los Galindo bolivianos son descendientes de este promotor libertario. Rememoró que para el segundo centenario del nacimiento del general Galindo se reunieron todos los descendientes de éste, que llegan a un número de cinco mil en la ciudad de Cochabamba, Bolivia.

HERENCIA DE UN PATRICIO PACEÑO

Los libros fueron legados en su mayoría por Costa de la Torre, de quien su hijo Rolando afirmó alguna vez era un papirófilo, es decir un amante del papel, ya que a lo largo de su vida recolectó piezas que ahora se traducen en documentos de historia únicos.

La literatura que almacenó este patricio paceño abarca hechos del acontecer social, eclesiástico, político y religioso del trascender boliviano, afirma la historiadora.

Se trata de un archivo secuencial de hitos del acontecer de los últimos siglos, en los que se hallan incluso impresiones autorizadas por la Corona de España.

Se supone que Costa de la Torre conocía de los tesoros contenidos en el archivo que formó a lo largo de su vida, pero es recién ahora durante la catalogación de la biblioteca que salen a luz estos legados, afirma Tádic.

El trabajo de fichaje y clasificación que se realiza ahora sirve para determinar la naturaleza de cada una de las piezas y poder orientar respecto de su contenido a quienes visiten la biblioteca municipal.

Sin embargo, el ingreso a este recinto es restringido y sólo pueden acceder personas capacitadas que entiendan del manejo de tales documentos, debido a que se trata de piezas únicas que no pueden ser encomendadas en manos inexpertas, reitera.

Se piensa que en un mediano plazo los documentos puedan ser vistos a través de las pantallas de computadoras por cualquier persona interesada en apreciar este importante legado, pero ello deberá realizarse una vez que concluya la etapa de catalogación, indicó.

CONTENIDO

El 30 por ciento de la biblioteca se basa en folletería, cuyo valor radica en el contenido de información que brindan sobre acontecimientos de los cuales hoy en día no existen mayores indicios.

Los títulos de muchos de ellos no contienen mayor significado para quien los lea debido a que no se tiene el contexto necesario para entenderlos, pero su contenido devela grandes tesoros, afirma.

Así, por ejemplo, un folleto de 1886 titula: «La lucha de dos principios en Bolivia.- La primera campaña», escrito por Aurelio Beltrán y habla sobre el momento de transición al liberalismo en el Gobierno de Bolivia.

El folleto es una respuesta de los «conservadores» a los «liberales» que impulsaban la implementación del cambio político que se daba en el momento.

Existe otro documento de 1922 publicado por el Ministerio de Gobierno de la época, en el que dicta el Estado de Sitio en el país, por el presidente Baptista Saavedra.

En el folleto, cuya data es de 12 de junio del año 22, se relata a cerca de la conspiración de contrincantes políticos de Saavedra, quienes pretendían asesinarle.

El Estado de Sitio se dicta entonces para desbaratar la conspiración y se toma presos a una serie de ciudadanos que se creía estaban involucrados con los hechos mencionados.

En el archivo se halla de igual manera un Santoral preparado por la Diócesis de La Paz en el año de 1790, cuenta con la firma del reverendo padre Fray Diego Cisneros, Administrador General del Nuevo Rezo, del Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial.

La publicación se realizó con la autorización del Vaticano y del Reino de España, y su impresión fue realizada en la ciudad de Lima, Perú, para recién ser difundido en las tierras del Alto Perú.

Entre las piezas históricas figura igualmente una copia de la Constitución Política de la Monarquía de España, que fue promulgada en Cadiz, el 19 de marzo de 1812.

La copia que se posee es única, debido a que la publicación que se hizo de la misma fue sólo de 4 mil ejemplares y fue emitida en la época en la cual el Rey Fernando VII era prisionero de Napoleón Bonaparte, cuyo hermano José Bonaparte, apodado Pepe Botellas por su afición a la bebida, usurpó por la fuerza el reino.

La Constitución, sin embargo, reconoció sólo al Rey Don Fernando, debido a que esta nación poseía una particularidad democrática en la cual existía un parlamento representativo de las diversas comunidades españolas, el que fue a su vez quien promulgó la citada Constitución.

Su difusión fue prohibida dentro del reino de España y las colonias que poseía, empero se sacó una edición especial sólo para las tierras del Alto Perú, una de cuyas copias es la que se halla en esta biblioteca.

Dos copias originales de autor desconocido, escritas con tinta en papel seda dan cuenta de la historia de la Villa Imperial de Potosí entre 1587 y 1619 y el periodo de 1608 a 1706.

El autor es anónimo y su forma de relato no corresponde con las de conocidos historiadores, como Cañete y Domínguez o a las de Arzanz Orzúa y Vela, Capeche o Brocha Gorda, de acuerdo con el análisis practicado por Tádic en los últimos meses.

Se supone que los tomos corresponden a la segunda y tercera parte de cuatro empastados, desconociéndose el paradero del primer y último tomos, conclusión que emana del análisis del número de capítulos que poseen los manuscritos encontrados en el legado.

Los documentos corresponden a una síntesis cronológicamente organizada de la vida social, política, judicial y cultural que se desarrolló durante aproximadamente tres siglos en la Villa Rica de Potosí.

Ese un trabajo minucioso elaborado por una persona entendida en la materia que debió demorar mucho tiempo estudiando documentos e historias de la época.

Sólo el segundo tomo cuenta con 483 páginas de vivos relatos que dan una idea cabal de la conformación de esa sociedad y del tipo de vida que llevaban los potosinos, explica Tádic.

Asimismo se halla historia gráfica del colgamiento al ex presidente Gualberto Villarroel, en el que aparecen conocidos personajes del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR).

Se estima que este documento es único en Bolivia, debido a que los miembros de la tienda política mencionada se encargaron de hacerlo desaparecer, debido a que se traducía en una importante prueba contra quienes participaron de la masacre, cuenta la historia.

Otra de las «joyas» como las denomina la historiadora es la carta de puño y letra del Mariscal Antonio José de Sucre al general León Galindo, como ya se mencionó.

Fuente: El Diario