Los otrora aguerridos y temidos qaqachacas, enemigos jurados de los laimes, ahora conviven en paz y les preocupa mucho más la siembra de verano y la habilitación de nuevos caminos a sus comunidades, así como la educación de sus pequeños hijos.
Afirman que ya no les interesa pelear y se muestran mucho más preocupados por el rumbo de la comunidad, así como de su relación con otros poderes del Estado.
La comunidad Quchini del ayllu Qaqachaca, ubicada en la provincia Avaroa, a 115 kilómetros de la ciudad de Oruro, recibió el pasado fin de semana del Ministro de Agricultura una importante donación de insumos y herramientas de labranza que utilizarán en la próxima siembra.
Un centenar de comunarios aguardaron a la comitiva gubernamental desde tempranas horas de la mañana, hasta aproximadamente las 15.00 horas, cuando por fin arribó a Quchini la delegación gubernamental.
El ministro Arturo Liebers entregó un quintal de semilla de cebolla con el que se podrá sembrar hasta una veintena de hectáreas del tubérculo.
«Se trata de excelente semilla que ahora es puesta en sus manos para que sea sembrada por quienes ya no son más guerreros, sino que ahora son comunidades de paz», destacó la autoridad gubernamental.
Los qaqachacas ahora son ayllus para la paz y, olvidando antiguas diferencias con sus vecinos laimes, su prioridad es la próxima cosecha de verano, siempre y cuando las lluvias sean benignas con ellos. Además, la vinculación caminera empieza a tomar forma a través de obras enmarcadas dentro el Plan Nacional de Empleo, que posibilitó la apertura de la vía hasta sus dominios.
La comunidad Cuchini, ubicada en la provincia Avaroa del departamento de Oruro, se caracteriza por una difícil accesibilidad, ya que se encuentra a 115 kilómetros de la ciudad de del mismo nombre y casi 60 kilómetros de la carretera asfaltada a Potosí.
El domingo pasado, los comunarios esperaron desde muy temprano el arribo de la delegación oficial encabezada por el ministro de Agricultura, Arturo Liebers, y el prefecto de Oruro, Ivo Arias.
La autoridad ministerial llevó hasta esos confines un quintal de cebolla canadiense que servirá para sembrar hasta 18 hectáreas del tubérculo. La obtención de la semilla de cebolla fue posible gracias a gestiones del Despacho de la Primera Dama y su distribución abarcará a las comunidades de todo el país.
Además, como parte de la cooperación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se les dotó de 200 picotas y similar número de palas, además de 20 carretillas que deberán ser utilizadas en el trabajo comunitario.
Liebers, por otra parte, hizo entrega de un importante lote de medicamentos, principalmente destinado a los niños para precautelar su salud.
Del mismo modo, se entregó abundante material escolar, consistente en cuentos en idioma nativo elaborados por la Reforma Educativa.
«No puede haber un Ministerio de Agricultura si no hay una relación directa con los hombres del campo. Y no pueden haber mejoras en el campo si no hay una relación de los productores campesinos con el Ministerio de Agricultura», afirmó Liebers a tiempo de entregar ese material a los comunarios.
A nombre de los comunarios, Mario Marcaya agradeció el aporte recibido y destacó que la comunidad no quedará indiferente con el apoyo prestado.
«No nos interesa pelear, nos interesa nuestros caminos, nuestros hijos, nuestras cosechas», afirmó Marcaya.
En el acto de entrega de la donación, se hizo entrega al Ministro del tradicional «llucho» ornamental característico del ayllu qaqachaca.
Senasag
En la oportunidad, el ministro de Agricultura explicó las funciones que debe cumplir el Servicio Nacional de Sanidad Animal, Vegetal e Inocuidad Alimentaria (Senasag), que es la prevención animal y vegetal.
Ese programa está encargado, en todo el área nacional, de vacunar a las vacas, camelidos, ovejas, chivos, llamas. Así como prevenir posibles brotes de aftosa.