Gustavo Medinaceli
Gustavo Medinaceli

Gustavo Medinaceli

El 6 de mayo de 1957, el mundo literario boliviano perdió a uno de sus más prometedores exponentes, Gustavo Medinaceli, quien falleció en La Paz a los 32 años debido a un ataque cardíaco. Aunque joven, su legado dejó una huella profunda en la poesía y la cultura nacional. Su vida, marcada por pasiones intensas, desafíos personales y un genio literario innovador, es un retrato de un hombre que transformó la literatura boliviana desde la raíz.

Un camino truncado por la tragedia

Medinaceli se encontraba en Roma, cursando estudios de Crítica de Teatro gracias a una beca otorgada por la UNESCO. Sin embargo, una carta desde Bolivia lo llevó a abandonar sus sueños europeos. Su hija Ximena, con poco más de un año, necesitaba una cirugía urgente debido a la poliomielitis. Dejó atrás no solo su formación, sino también sus pertenencias, papeles literarios y libros en un hotel de Roma, materiales que nunca pudieron ser recuperados.

Junto a su esposa, Gustavo viajó a Buenos Aires para atender la salud de su hija, mientras él retornaba a La Paz para justificar la abrupta interrupción de su beca. Estas presiones, sumadas a su sensibilidad, resultaron fatales. Según su hermana Graciela, las constantes idas y venidas entre las alturas de La Paz y los llanos de Buenos Aires afectaron gravemente su corazón. “No pudo aguantar esto. Fue algo que lo mató”, recordaba en una entrevista realizada en 2005.

Gustavo Medinaceli: Un espíritu rebelde e innovador

Nacido en Potosí el 30 de diciembre de 1923, Medinaceli mostró desde joven una naturaleza apasionada y rebelde. Tras un paso conflictivo por el Colegio Militar, obtuvo su bachillerato en el colegio San Calixto. Continuó sus estudios en Filosofía y Letras en la Universidad Javeriana de Colombia, profundizando en latín y griego, y más tarde en literatura en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), donde se graduó en 1949.

Posteriormente, se especializó en Historia del Arte, Poesía y Teatro en Europa, asistiendo a universidades de Madrid, París y Roma. Su carrera como docente lo llevó a ser profesor de Estética e Historia del Arte en la UMSA, mientras escribía para medios como El Diario y Ultima Hora.

La segunda Gesta Bárbara: Un renacer literario

La Gesta Barbara
La Gesta Barbara
Fundadores de la «Gesta Barbara»: (de izquierda a derecha) Federico Varela, Alfredo Loayza Ossio, Gustavo Medinacelli, Fausto Aoiz, Oscar Alfaro, Abel Alarcón, Santiago Schubre

En 1945, inspirado por los documentos de su madre, María Gutiérrez de Medinaceli —única mujer en la primera Gesta Bárbara fundada en 1918 en Potosí—, Gustavo decidió dar continuidad a este movimiento literario. Con el consentimiento de los fundadores originales, estableció la segunda Gesta Bárbara en La Paz el 8 de diciembre de 1945. Este movimiento revitalizó la poesía boliviana y dio cabida a figuras como Julio de la Vega, Jacobo Libermann y Oscar Gonzales Alfaro.

El surrealismo fue el eje central de su propuesta, alejándose de lo tradicional para explorar nuevas formas expresivas. Según Julio de la Vega, Medinaceli marcó el inicio de la poesía moderna en Bolivia.

El legado poético

Aunque su vida fue breve, Medinaceli dejó un legado literario significativo. Publicó dos obras en vida: Santa X (1943) y Policromas (1944). De manera póstuma, se editó Cuando su voz me dolía (1958), gracias a la Biblioteca Paceña. Su obra dispersa, publicada en periódicos de la época, sigue siendo objeto de investigación y admiración.

Un hombre de pasiones y contradicciones

La personalidad de Gustavo era magnética. Alto, delgado y carismático, siempre irradiaba alegría, incluso frente a las adversidades. Su hermana Graciela lo describe como un hombre rebelde y enamoradizo que encontraba el humor en las tragedias de la vida. Esta dualidad entre su sensibilidad y su optimismo lo convirtió en un líder natural, amado por sus amigos y colegas.

La impronta de un innovador

Gustavo Medinaceli no solo escribió poesía, sino que también transformó el panorama cultural de Bolivia con su espíritu visionario. Su capacidad para innovar, tanto en las letras como en la vida, lo convierte en una figura inolvidable de la literatura boliviana. Su muerte prematura truncó una trayectoria que, sin duda, habría llevado a nuevas cumbres la poesía del país.

Esta entrevista se inspira en la conversación realizada por Juan Carlos Ramiro Quiroga con Graciela Medinaceli, de 76 años, hermana del destacado poeta surrealista Gustavo Medinaceli. La entrevista tuvo lugar el miércoles 27 de julio de 2005.

Redactado por: BoliviaTeca