Carlos Salazar Mostajo: El Guardián de Warisata y la Revolución Cultural en Bolivia
Carlos Salazar Mostajo, una figura imprescindible en la historia cultural y educativa de Bolivia, nació el 18 de mayo de 1916 en Italaque, un rincón de la provincia Camacho, La Paz. Este educador, escritor y crítico de arte dedicó su vida a luchar por los ideales de una sociedad más justa, marcando un antes y un después en la pedagogía y las artes del país.
En una entrevista realizada en los años 90, Salazar confesó:
«Pertenezco a una generación frustrada (…), una fase intermedia que recibió la herencia política, cultural y filosófica de Occidente, pero que no logró ver realizados sus sueños revolucionarios debido a las circunstancias.»
Aunque sus aspiraciones políticas no llegaron a materializarse, su contribución en otros ámbitos dejó una huella imborrable.
El Legado de Warisata: Un Movimiento que Transformó Bolivia
Warisata, la emblemática Escuela-Ayllu fundada por Elizardo Pérez y Avelino Siñani en 1931, fue mucho más que una institución educativa: representó un movimiento de liberación indígena y un símbolo de lucha contra la opresión. Salazar, quien asistió a la Guerra del Chaco como corresponsal, se unió a este proyecto entre 1936 y 1940, respondiendo a la invitación de Pérez.
La experiencia en Warisata marcó profundamente a Salazar. Él mismo afirmó que esta escuela transformó los anhelos de libertad de los pueblos originarios en una ideología que sacudió al país entero. Con el paso del tiempo, se convirtió en uno de los principales guardianes de esta memoria, ofreciendo más de 50 conferencias sobre el tema y escribiendo obras fundamentales como Warisata mía (1983), La Taika: Teoría y práctica de la Escuela-Ayllu (1986) e Historia de Warisata en imágenes (1990).
Arte y Crítica: Una Nueva Mirada a la Pintura Boliviana
Salazar Mostajo no sólo destacó en el ámbito educativo; su pasión por el arte lo llevó a replantear las bases de la pintura boliviana. En 1989 publicó La Pintura Contemporánea de Bolivia, un ensayo histórico-crítico que desafió las visiones tradicionales del arte en el país. En sus páginas, Salazar sacudió los cimientos de lo que muchos consideraban incuestionable, dando voz a artistas olvidados y abriendo nuevas perspectivas sobre el arte nacional.
Entre 1952 y 1979, Salazar impartió clases de Historia del Arte en la Escuela de Bellas Artes Hernando Siles, y en 1979 asumió su dirección, aunque su gestión fue interrumpida por el golpe de Estado de 1980. Más tarde, en 1982, lideró la carrera de Artes en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).
Literatura y Reflexión: La Pluma de un Revolucionario Carlos Salazar
Además de educador y crítico, Salazar incursionó en la literatura con títulos como Versos a Carmela (1989) y la novela autobiográfica La Cueva (1992), donde plasmó sus reflexiones y vivencias en un contexto de constante cambio social y político.
Premio Nacional a Carlos Salazar Mostajo
Un Reconocimiento a la Altura de su Legado
En el año 2001, a sus 86 años, Carlos Salazar Mostajo recibió el Premio Nacional de Cultura ‘Gunnar Mendoza’, uno de los más altos honores otorgados por el Estado boliviano. Este galardón simbolizó el reconocimiento a décadas de dedicación inquebrantable al arte, la educación y la literatura, campos en los que dejó una huella imborrable.
La entrega de este premio marcó un momento clave en su vida, celebrando no solo su contribución intelectual, sino también su papel como guardián de la memoria cultural y educativa de Bolivia. La foto que inmortaliza este momento pertenece a J.C. Torrejón, del diario La Prensa de La Paz.
Con este reconocimiento, Bolivia rindió homenaje a uno de sus grandes visionarios, un hombre que dedicó su vida a elevar la riqueza cultural y a mantener viva la memoria de proyectos transformadores como Warisata.
Carlos Salazar, Un Adiós que Resuena en la Historia
Carlos Salazar Mostajo falleció el 2 de abril de 2004 en La Paz, dejando un legado que trasciende generaciones. Su vida es un ejemplo de compromiso con la educación, la cultura y la transformación social.
Su historia nos recuerda que los sueños pueden sembrar movimientos, y aunque no siempre se cosechan en vida, florecen en las generaciones venideras.
«Warisata Mía»: El Grito Inmortal de Carlos Salazar
Carlos Salazar Mostajo, testigo y protagonista de una de las experiencias pedagógicas más revolucionarias de Bolivia, plasmó su lucha y su pasión en “Warisata Mía”, una obra que trascendió el tiempo para convertirse en un hito del pensamiento crítico y la resistencia cultural. Este testimonio, que comenzó como un extenso artículo publicado en el diario La Calle el 17 de febrero de 1943, más tarde se transformaría en un libro fundamental para entender la profundidad del proyecto de la Escuela-Ayllu de Warisata y su trágica destrucción.
Warisata mía, El Artículo que Clamó por Justicia
En su artículo original, Salazar describió con desgarro la decadencia de la escuela que él llamaba suya. Sus palabras resonaban como un grito de protesta contra quienes habían arrebatado el espíritu liberador de Warisata:
“Defiendo a mi escuela. Oye, pueblo ultrajado de Bolivia: he dicho ‘mi escuela’. Warisata no pertenece al Estado. Warisata ha sido hecha por unos cuantos hombres, lejos de toda ayuda oficial… Fue obra de quijotes, fue poesía y drama. Nada tienen que hacer con ella los burócratas que hoy la ocupan. Soy el último soldado de la causa perdida”.
Salazar no solo lamentaba la pérdida de un espacio pedagógico, sino también de un símbolo de lucha y esperanza para las comunidades indígenas bolivianas. Este artículo se convirtió en un documento emblemático que representaba el dolor y la resistencia frente a la burocracia y la opresión.
De las Páginas del Diario a un Libro de Referencia
Cuarenta años después, en 1983, el artículo se consolidó como libro bajo el título “Warisata Mía”, editado por la editorial Juventud. La publicación incluyó el texto original, extendido hasta 37 páginas, y complementado con otros artículos polémicos que reflexionaban sobre la Escuela-Ayllu y los retos enfrentados por el proyecto educativo. Además, se incorporó el poema “Biografía de Warisata”, publicado originalmente en 1941, que capturaba la esencia de esta experiencia educativa como un acto de arte y resistencia.
Un Legado que Perdura
El impacto de “Warisata Mía” fue inmediato. Incluso el diario La Calle, en su edición del 18 de febrero de 1943, reconoció la trascendencia de las palabras de Salazar:
“La página que firma Carlos Salazar es de aquellas destinadas a perdurar. Su vigor intelectual pocas veces superado en la historia literaria de nuestro país”.
Con esta obra, Carlos Salazar Mostajo no solo preservó la memoria de Warisata, sino que se convirtió en la voz de una generación frustrada, pero decidida a mantener viva la llama de la resistencia. Sus palabras, llenas de pasión, odio y lágrimas, como él mismo las describió, continúan inspirando a quienes ven en la educación una herramienta de transformación social.
Carlos Salazar Mostajo y su legado en la literatura y el arte boliviano
Carlos Salazar Mostajo es una figura central en la cultura y la literatura boliviana, destacado por su compromiso con la memoria histórica, la crítica artística y la creación literaria. A través de su obra, exploró temas fundamentales como la educación, el arte y las luchas sociales, dejando un legado invaluable en diversos géneros y formatos. A continuación, se destacan sus principales aportes:
Fotografía y memoria histórica
WARISATA. HISTORIA EN IMÁGENES (1991)
Este libro, dedicado a rememorar la experiencia de la Escuela-Ayllu de Warisata creada en 1931, contiene 72 páginas y presenta 224 fotografías. Treinta de estas imágenes fueron tomadas por Elizardo Pérez, mientras que otras fueron capturadas por los propios alumnos de la escuela. La edición estuvo a cargo del equipo de CENPROTAC en La Paz. Es una obra fundamental para preservar la memoria de este revolucionario proyecto educativo.
WARISATA EN IMÁGENES (2017)
Con el subtítulo: “El derecho a la educación desde la experiencia de la Escuela-Ayllu”, este libro es un extenso catálogo de exposición fotográfica. Fue publicado en 127 páginas gracias a los auspicios de la Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación, dirigida por Javier Aruquipa. Reúne principalmente fotografías de Carlos Salazar Mostajo y Basilio Quispe Churata, con textos en castellano e inglés, destacando la importancia histórica de Warisata.
LA PINTURA CONTEMPORÁNEA DE BOLIVIA (1989)
Publicado por la editorial Juventud en La Paz, este libro de 270 páginas explora el movimiento artístico boliviano. Carlos Salazar aborda temas como:
- El arte en la humanización.
- La crítica de arte.
- La herencia cultural española.
El autor analiza figuras claves como Arturo Borda (“el padre de la pintura boliviana”), Cecilio Guzmán de Rojas, Mario Alejandro Illanes, y otros notables como María Esther Ballivián, Gíldaro Antezana y Walter Solón Romero.
En la introducción, Salazar ofrece una crítica aguda al arte boliviano:
“La nueva república es incapaz de estimar el valor de esa actividad, aunque fuera únicamente en cuanto al deleite para su contemplación. La clase dirigente es de mentalidad aldeana, soñolienta, perezosa y prematuramente gastada”.
DIALECESTÉTICA (1993)
Este ensayo plantea elementos para la apreciación del arte y ganó una Mención Honrosa en el XXII Concurso Anual de Literatura “Franz Tamayo”. Fue impreso en La Paz y refleja las reflexiones de Salazar como docente en la Escuela de Bellas Artes Hernando Siles.
Ensayos históricos
LA TEA INMORTAL (2003)
Publicado por la editorial Juventud, este ensayo de 215 páginas analiza la Revolución del 16 de julio de 1809 desde una perspectiva crítica. Salazar enfatiza que:
“Este no es un texto de historia, sino un ensayo de lectura analítica de la historia escrita”.
Obras literarias
LA CUEVA (1992)
Publicada por la editorial Urquizo de La Paz, esta novela, escrita en 1946, tiene un carácter autobiográfico. Según la contraportada:
“Es una obra creativa, en la que el manejo enteramente libre del lenguaje del idioma castellano muestra las más inesperadas personalidades expresivas”.
CUENTOS GITALICIOS (1997)
Este libro de cuentos, también publicado por Urquizo, contiene once relatos que mezclan aventura, intriga y romance con un estilo clásico y toques satíricos. Los editores destacan:
“Son una especie de escapatoria a sus habituales preocupaciones, ofreciendo relatos fáciles y sin problemas de ubicación literaria”.
Reflexiones finales
Carlos Salazar Mostajo no solo fue un escritor prolífico, sino también un crítico comprometido con el arte y la educación en Bolivia. Su trabajo documentó y analizó aspectos esenciales de la cultura boliviana, dejando un legado que sigue siendo referente para las generaciones futuras.
Escrito por: Dimar Cabrera