La leyenda de la Sirena de Cáceres
La sirena es la guardiana de la Bahía de Cáceres, un hermoso lugar conocido como Puerto Suárez en Bolivia. Se dice que aparece en las noches de luna llena, cuando la sorprenden sentada en una gran piedra. Su cabello es muy largo y a veces es difícil de mirar porque brilla intensamente. Cuando los pescadores la descubren observándola, ella se sumerge rápidamente en el agua y desaparece, dejando tras de sí la imagen de esta hermosa criatura marina.
Travesuras nocturnas de la sirenita
Sin embargo, la sirena también tiene su lado travieso. En ocasiones, asusta a los pescadores que salen durante la noche a tender sus redes en busca de diversas especies como pirañas, ventones, sábalos, pacuses y más. Con sus afilados dientes, rompe las redes, obligando a los pescadores a abandonar la zona y escapar. La sirena se regocija en su travesura, emitiendo fuertes gritos de alegría que pueden dejar a los pescadores aturdidos y apresurados por alejarse.
El encuentro del soldado con la sirena
La presencia encantada de la sirena solo es visible para los hombres de este lugar. Un día, un joven soldado que estaba descansando en la orilla de la bahía decidió refrescarse con un baño. Ajeno a la leyenda de la sirena encantada que aparece en las noches de luna llena, el soldado disfrutaba del agua hasta que se encontró cara a cara con la hermosa mujer sentada en la piedra. Al principio, creyó que era una joven normal, pero al ver sus enormes dientes y su cola de pez, similar a la de una piraña, se sobresaltó.
El misterio de su desaparición
En su intento por escapar, la sirena hizo un esfuerzo sobrenatural para atraerlo hacia ella. El soldado, sintiéndose adormilado de repente, se despertó en otro lugar llamado El Tumbador, lejos de la bahía pero también conocido por las apariciones de la sirena, aunque allí no molesta a los pescadores.
La resolución del misterio
Al día siguiente, el rumor sobre la desaparición del soldado se extendió por el pueblo. Sin embargo, dos pescadores, Don William y Walter, quienes conocían bien la zona, lo encontraron asustado pero ileso. Estos pescadores estaban acostumbrados a la presencia de la sirena y no se sorprendieron al ver al soldado, ya que sabían cómo evitar molestar a la misteriosa criatura marina.
Conclusión
Es comprensible que los habitantes de este lugar sientan temor de pescar durante las noches de luna llena, para evitar un encuentro inesperado con la sirena encantada de Cáceres.