La Leyenda del Chiru-Chiru
La Leyenda del Chiru-Chiru, es otra fascinante leyenda andina está plasmada en «Odas y Poemas» del poeta Víctor Zaconeta. Relata la existencia de un ladrón conocido como el «Chiru-Chiru», apodado así por su desaliñada cabellera que recordaba a un nido de animalillos. Durante cinco años, Chiru-Chiru cometió pequeños robos desde su precaria guarida en las faldas del cerro «Pie de Gallo«.
Un día, los vecinos descubrieron su cuerpo sin vida en su refugio. Sobre su cabecera, en la pared, se encontraba una impresionante imagen de la Virgen de la Candelaria. La noticia se propagó rápidamente, y pronto, los mineros y el resto de la población acudieron en romería.
Se dice que Chiru-Chiru era devoto de la Virgen de la Candelaria, a quien encendía una vela antes de cada fechoría, pidiéndole protección. Una noche, al intentar robar a un peón caminero, fue herido gravemente. A pesar de su herida, logró llegar a su guarida, donde agonizante, clamó a la Virgen. La Virgen, compadecida, lo asistió hasta sus últimos momentos. Cuando Chiru-Chiru exhaló su último suspiro, la Virgen se transformó en la hermosa imagen encontrada.
Tras la muerte del ladrón, los vecinos decidieron honrar a la Virgen. La mina de plata «Pie de Gallo» fue renombrada «Socavón de la Virgen», y se instauró una festividad anual en su honor, coincidiendo con el sábado de Carnaval. Los mineros se disfrazarían de diablos para realzar la fiesta y conservar tradiciones, representando melodramáticamente la caída de Luzbel, con Satanás y el arcángel San Miguel incluidos.
Esta festividad, que se celebra aún hoy en día con devoción y fe, honra a la Virgen del Socavón, Patrona de los mineros de Oruro, y guarda en sus raíces la fascinante leyenda de Chiru-Chiru, un ladrón cuyo arrepentimiento y devoción trajeron consigo una milagrosa revelación.