Historia de Oruro

Historia de Oruro, orígenes y fundación.

Historia de Oruro.- En los primeros tiempos de la meseta andina, el origen de los habitantes sigue siendo un misterio. Aunque los arqueólogos no han desvelado completamente este enigma, sí sabemos que existieron pobladores prehistóricos con distintos niveles de civilización, desde los que dejaron monumentos en Tiahuanaco hasta tribus salvajes que aún perduran en nuestras selvas.

Al explorar la historia de Oruro, es crucial que nos enfoquemos en hechos concretos y evitemos caer en relatos fantasiosos. Este relato busca ofrecer una visión clara y fundamentada para la nueva generación, utilizando fuentes confiables y evitando caer en entusiasmos sin base lógica.

Fundación y Descubrimiento de Oruro (Historia de Oruro)

El Imperio Inca, liderado por los hijos del Sol, Manco Kapac y Mama Ocllo, se estableció en el fértil valle del Cuzco. Sus sucesores expandieron sus dominios en todas direcciones, divididos en «tahuantinsuyo» o cuatro parcialidades.

La región oriental del imperio, conocida como «Uma Suyos», abarcaba la actual provincia de Omasnyus y todo el altiplano hasta los Lipez. Entre las tribus conquistadas se encontraban los chayantacas y los parias, antecesores de la provincia de Paria, donde habitaban las tribus de los urus y chipayas, estas últimas aún presentes en las riberas del río Lauca de Carangas y los ciénagos del lago Coipasa.

La tribu de los urus desapareció, pero podrían haber resistido ferozmente contra los incas conquistadores. La denominación «Uru-uru» de Oruro podría derivar de esta tribu y su exterminio.

Con la llegada de Cristóbal Colón al Nuevo Mundo y la conquista de Perú por Francisco Pizarro, la jurisdicción territorial fue dividida entre Pizarro y Diego de Almagro. La región del altiplano quedó bajo la demarcación de Almagro.

Descubrimiento y Fundación, Historia de Oruro

La información sobre las circunstancias previas al descubrimiento de los yacimientos argentíferos de Oruro es escasa. La explotación de estos yacimientos, según el Dr. Adolfo Mier, podría remontarse al periodo incaico, ya que los peninsulares buscaban el origen de la riqueza obtenida del rescate del Inca y de los metales encontrados en el Cuzco.

En este contexto, el cura arequipeño Francisco de Medrano, guiado por un indígena, descubrió en 1595 los ricos filones de plata en los cerros del Uru uru, bautizándolos como San Cristóbal, San Felipe y la Tetilla, y a toda la región descubierta como San Miguel. Este evento marca el inicio de la historia de Oruro.

La historia de Oruro: Estacas, descubrimientos y fundación en la época del Virrey Luis de Velasco

A pesar de la falta de datos precisos, podemos inferir que en la época en que el Virrey Luis de Velasco gobernaba el Perú, se promovía activamente la adquisición de estacas, especialmente entre los colonizadores, quienes tenían obligaciones específicas con la corona, incluida la importante tarea de reconocer los quintos reales. La noticia del descubrimiento realizado por Medrano se difundió rápidamente en los dominios coloniales, transformando el área desierta en una población de cierta importancia en poco tiempo, gracias a la llegada de empresarios aventureros y mitayos, denominados así a los nativos destinados a trabajos forzados.

Por lo tanto, no sorprende que, cuando la audiencia de Charcas fundó oficialmente Oruro por real orden, la población ya había explotado las minas hasta cierta profundidad y había alrededor de 400 casas habitadas. Por esa razón la historia de Oruro es interesante.

El proceso de fundación se inició con gestiones ante la Real Audiencia en La Plata, lideradas por uno de los pobladores, Diego de Medrano, posiblemente heredero del descubridor. Tras la emisión de la cédula Real, se designó al Oidor del mismo Consejo, Don Manuel Castro de Padilla, para llevar a cabo la comisión.

Fundación de la Villa de San Felipe de Austria

El solemne acto de fundación de la Villa de San Felipe de Austria tuvo lugar el 1 de noviembre de 1606. Después de completar los procedimientos rituales de la época y prestar el juramento correspondiente, el licenciado Manuel Castro de Padilla presidió la bendición del estandarte. El acta de bendición, reproducida sin cambios, relata cómo se bendijo un estandarte de damasco carmesí con las armas reales, entregándoselo al Señor Oidor.

Luego, se llevó el estandarte hasta una ramada en la plaza, con la participación de Gerónimo Ondegardo y Francisco de Medrano. En este lugar, después de cantar el himno «Veni, Sancte Spiritus» y realizar la oración correspondiente, se procedió a la bendición del sitio donde se fundaría la villa. Terminada la bendición, el licenciado Manuel de Castro enarboló el estandarte tres veces, proclamando la fundación de la «Muy Noble y Real Villa de San Felipe de Austria, por el Rey Don Felipe, nuestro señor y por sus sucesores en la Corona de Castilla y León y el Perú». En cada ocasión, expresó su deseo de larga vida para la villa y declaró la toma de posesión en nombre de su majestad.

Para simbolizar la posesión, se erigió una horca con palos, y en uno de ellos se colocó un cuchillo que pertenecía al gran capitán Gonzalo Fernández de Córdoba. Se proclamó la exención de la jurisdicción de la ciudad de La Plata y se otorgó a la villa jurisdicción civil y criminal, mero mixto imperio, en nombre de la corona de Castilla, León y el Perú. Todo este acto fue registrado por el secretario presente, Bartolomé Pérez de Larrea.

Demarcación y Plazas Emblemáticas en la Fundación de la Villa de San Felipe de Austria (Oruro)

En la historia de Oruro, los límites territoriales fueron establecidos cuidadosamente en la fundación de la villa. Estos abarcaban desde el camino real hacia la Villa de Potosí, pasando por la venta de las Peñas; hacia los Carangas hasta los límites de ese corregimiento; en dirección a La Paz, hasta la jurisdicción del corregimiento de Caracollo; en la ruta al corregimiento de Cochabamba, hasta los molinos de Arque; y por el camino de Chayanta, hasta el tambillo, ubicado cuatro leguas antes de llegar a este pueblo. Estos límites comprendían todas las punas, vertientes, montañas y valles de la región.

La demarcación de plazas fue una tarea activa, destacándose la Plaza del «10 de Febrero» y la Plaza del fundador, originalmente destinada para actividades recreativas y taurinas, conservando este propósito hasta finales del Siglo XIX.

Durante una época en la que se daba importancia a los servicios religiosos y la difusión del cristianismo en las nuevas colonias, se seleccionaron lugares estratégicos para la construcción de templos y la acogida de comunidades religiosas. Estas ubicaciones se multiplicaron con el rápido crecimiento de la población, enfocándose principalmente en la promoción de la fe y la expansión de la religión cristiana.

La Aprobación Real y el Auge de la Real Villa de San Felipe de Austria

En la historia de Oruro, La fundación de la Real Villa, un nuevo corregimiento independiente del partido de Paria, recibió la aprobación y confirmación de Su Majestad el Rey Carlos V. Este evento marcó el surgimiento de una población que rivalizó con la riqueza de Potosí, especialmente gracias a la explotación de sus filones de plata.

Se estableció un banco exclusivo de rescate de pastas de plata y venta de azogues, convirtiéndose en un monopolio de la corona que generaba sustanciales beneficios, ampliados por la contribución de los quintos.

Al explorar el apogeo inicial de Oruro, aunque podríamos rozar lo inverosímil, basta con examinar los lugares donde yacen las ruinas de los ingenios de beneficio en un radio de sesenta kilómetros y la extensión del trabajo minero para comprender su espléndida riqueza.

Este aliciente no solo incrementó la población cosmopolita, sino que durante los siglos XVI y XVII, elevó el número de habitantes a aproximadamente sesenta mil hombres. La evidencia actual demuestra que donde se proporcionan los elementos para la vida, los inmigrantes acuden con la avidez de un náufrago en busca de un refugio en la lucha por la existencia.

La Lucha por la Libertad en Oruro: Una Tragedia de Traición y Suplicio

La historia de Oruro, la eterna pugna entre dominadores y oprimidos se manifiesta inevitablemente en choques sangrientos y divisiones profundas, cuyas consecuencias son siempre funestas. Esta verdad, inscrita en la mayoría de los capítulos de la historia de la humanidad, destaca el atributo sagrado de la libertad otorgado por Dios al hombre, un principio intangible.

Juan Belez de Córdova, tras una paciente y cautelosa preparación de la sublevación con tendencias emancipadoras, fue víctima de una delación que lo condujo al suplicio. La superficialidad con que se abordó este hecho trascendental fue superada por Marcos Beltrán Avila, comisionado en 1924 por el Concejo Municipal para examinar documentos en los archivos de Sevilla. Este reveló la magnitud del plan liderado por el jefe de la insurrección fallida.

La Conspiración de 1739 en Oruro, un Intento Libertario Frustrado

Los conjurados delatados, en Oruro incluyeron a Juan Belez de Córdova, Eugenio Pachaemina, Manuel Castro, Carlos Perez, Nicolás Perez de la Cruz, Bernardo Ojeda, Ramón de Castro, Tomás Agudo, Ambrosio Arce y Lorenzo Terceros. La conspiración debía estallar el 8 de julio de 1739, pero fue delatada tres días antes por Bernardo de Ojeda. El corregidor Martin Espeleta y Villanueva aprehendió a los conjurados y, después de un breve sumario, los condenó a la pena de garrote. El suplicio fue ejecutado al amanecer del mismo día en que la insurrección debía comenzar.

Esta fue la primera iniciativa libertaria de Oruro, que no culminó en éxito. La amenaza de una conflagración general llevó a los pueblos a organizar medios de defensa. Oruro, al ser un lugar céntrico y depositario de las cajas reales, se convirtió en un objetivo para los rebeldes. El corregidor de la Villa de Oruro, Ramón de Irrutia, tomó precauciones activamente. El pánico se apoderó de los pobladores, y la victimación del corregidor Manuel de la Bodega de la Provincia de Paria, en Challapata aumentó la tensión. Para repeler agresiones y defender Oruro, el corregidor organizó un cuerpo de guarnición que no cumplió su objetivo.

El Desencuentro entre Españoles y Criollos: La Revuelta de Oruro

Levantamiento de Oruro: Choque de Culturas y Resistencia

Las tensiones entre españoles y criollos, desencadenadas por la decisión del corregidor de destituir a Jacinto Rodríguez como Alcalde y Justicia Mayor, fueron el origen de un conflicto trágico. La riqueza y prestigio de Rodríguez generaron discordia.

Respaldado por figuras influyentes como Sebastián Pagador, Rodríguez conspiró para derrocar a los «chapetones» (españoles) y buscar la independencia del dominio español. La sublevación, vinculada a Amaru, buscaba establecer un gobierno propio sin restaurar la monarquía incaica.

La noche del 10 de febrero, las tropas se sublevaron bajo la incitación de Pagador, desatando una tragedia donde los españoles fueron víctimas. El corregidor Urrutia huyó a Cochabamba en busca de ayuda.

Las huestes indígenas, provenientes de Chayanta y Paria, representaron una amenaza, buscando no solo la extinción de los europeos sino de cualquier persona no indígena. A pesar de intentos de apaciguamiento, las incursiones bárbaras continuaron.

Los vecinos, liderados por Jacinto Rodríguez, se unieron para defenderse. Tras la derrota de los indígenas, la población afectada recibió ayuda de José de Avarza, quien llegó con fuerzas pacificadoras desde Cochabamba.

El Ocaso Trágico en Oruro

Tras los encarnizados combates y la fatal derrota de Tungasuca, donde el líder indígena Tupac Amuru fue apresado y sometido a un juicio cruel, Oruro, aparentemente tranquilo, se convirtió en el escenario de persecuciones a los prominentes vecinos, incluyendo mujeres y sacerdotes implicados en el levantamiento del 10 de Febrero.

El comisionado especial, Sebastián Seguróla, defendió valientemente La Paz contra las fuerzas de Julián Apaza y aplicó un rigor extremo al encontrar culpables a tantos habitantes como contaba la villa. Los presos fueron enviados a las cárceles de Potosí y luego a las de Buenos Aires, conocidas como las cárceles de Oruro. Algunos murieron en prisión, mientras que los juicios, que tardaron 14 años en completarse, resultaron en sentencias de muerte para muchos, aunque estas no pudieron ejecutarse.

Tras estos eventos, Oruro quedó desolado. Las industrias mineras se paralizaron, y los pocos habitantes que quedaban sufrían la falta de medios de vida. Este período de postración, miseria y lágrimas marca el final trágico del Siglo XVIII para este pueblo, sumiéndose en las sombras del tiempo.

La Resistencia de Oruro en la Lucha por la Libertad en el Alto Perú

En los primeros años del Siglo XIX, la monarquía española se vio sacudida por eventos significativos. Fernando VII, quien ocupaba el trono por la abdicación de su padre Carlos III, fue forzado a cederlo a Luis Napoleón Bonaparte y quedó prisionero en Valencey. Estos hechos, aunque conocidos de manera distorsionada, tuvieron repercusiones en las colonias.

La guerra entre España e Inglaterra llevó a expediciones marítimas hacia el Pacífico con el objetivo de tomar el Virreinato de Buenos Aires, al cual pertenecía el Alto Perú. Mientras el almirante Home Popham bloqueaba el puerto, el general de Oruro protestó contra la invasión y contribuyó con recursos de su tesoro, donando una gran placa de oro para conmemorar la victoria.

Estos eventos precedieron a las pretensiones de la princesa Carlota Joaquina, quien alegaba derechos sobre las colonias como hermana de Fernando VII, cautivo. Estas pretensiones fueron rechazadas, dando paso a los pronunciamientos de Chuquisaca en mayo de 1809 y de La Paz en julio del mismo año, que llevaron a la formación de la Junta Tuitiva y el grito de libertad que resonó en todo el continente.

Triunfos y Desafíos en el Alto Perú

Tras el sacrificio de los nueve protomártires, incluido el orureño Apolinar Jaén, la llama encendida por Pedro Domingo Murillo ardió intensamente en todo el Alto Perú.

El 25 de mayo de 1810, el pueblo argentino derrocó al virrey Liniers y estableció la Junta de Gobierno de Buenos Aires, acción apoyada por Cochabamba el 14 de septiembre y por Oruro el 23 de octubre del mismo año.

Con las fuerzas movilizadas desde Cochabamba y Oruro, lideradas por Esteban Arce y Tomás Barrón, respectivamente, se emprendió una campaña al Norte para enfrentar a las fuerzas realistas en La Paz bajo el mando despótico de Ramírez, lugarteniente de Goyeneche. El 14 de noviembre, en Aroma, los rebeldes derrotaron a la fuerza realista liderada por el Coronel Fermín Piérola, marcando el primer triunfo de los patriotas que, entre orureños y cochabambinos, demostraron táctica especial y valentía. El 18 de noviembre, Guzmán Quitón persiguió a los realistas y ocupó La Paz, forzando a Ramírez y Piérola a buscar refugio en el ejército de Goyeneche al otro lado del Desaguadero.

Oruro durante la Guerra de Independencia

Estalló con estruendo la guerra de independencia, destinada a extenderse durante 15 largos años. Oruro, con su ubicación central y recursos aparentemente inagotables en sus arcas fiscales, se vio obligada a convertirse en el punto de convergencia tanto de las fuerzas realistas como de las patriotas.

Destacamos especialmente la participación del ejército argentino, liderado por Castellí. Tras su victoria en Suipacha y la obtención de recursos en Potosí, fue recibido con entusiasmo en Oruro. Aquí, recibió apoyo para continuar su desafortunada campaña hacia el Desaguadero, donde sufrió una derrota ante Goyeneche, siendo obligado a regresar a Cochabamba y enfrentar otro revés en Sipesipe.

Mateo Pumacagua, cacique de Chincheros, se unió a los realistas y lideró la devastación del Alto Perú con 4,000 indígenas, sembrando el terror con sus saqueos y actos salvajes. Los pueblos del partido de Oruro y Cochabamba fueron víctimas de esta barbarie, lo que provocó una nueva sublevación liderada por Esteban Arce en Cliza.

A pesar del movimiento de gran magnitud, las fuerzas organizadas por el patriotismo cochabambino fueron significativamente derrotadas. Arce, al mando de 3,000 hombres, se dirigió a Oruro, exigiendo la rendición a Gonzalez de Socasa, atrincherado en la Fortaleza con menos tropas pero con superior artillería y armamento.

La Trágica Odisea de Oruro durante la Guerra de la Independencia

Socasa ordenó la ejecución del emisario Alban y derrotó a las fuerzas de Arce. A pesar del fervor patriótico, el pueblo indefenso no pudo prestar ayuda, y la única opción fue lamentar las frecuentes derrotas sufridas por los patriotas, hasta que Goyeneche recuperó Cochabamba, derramando sangre patriota.

Con la llegada del tercer ejército argentino, comandado por Belgrano, los realistas trasladaron su centro de operaciones a Oruro. Desde este punto hasta Venta y Media, se libró la desastrosa batalla que precedió a la definitiva derrota del General argentino en Ayohuma.

No es difícil percibir la decadencia industrial, incluso la paralización completa de las actividades en Oruro, cuyos habitantes laboriosos se vieron atrapados en los peligros de la cruenta lucha. Esta emergencia resultó en despoblamiento, dejando al pueblo con apenas 8,000 habitantes en la época del triunfo final.

Desolado el Alto Perú, este pueblo no tuvo más opción que compartir su destino, hasta que finalmente llegó el anhelado día del triunfo de la Libertad.

Sucre y la Consolidación de la Libertad en el Alto Perú

El 9 de diciembre de 1824, la victoria en Ayacucho marcó el fin del dominio español y consolidó la libertad en Sudamérica. A pesar de las fatigas, el héroe José Antonio de Sucre, solicitó al Libertador Bolívar un merecido descanso. Sin embargo, ante la tiranía del general Olañeta en el Alto Perú, Sucre fue instado a continuar su servicio a la causa de la independencia.

El Gran Mariscal de Ayacucho marchó del Cuzco al Desaguadero con el ejército libertador de Colombia. El 7 de febrero de 1825, ingresó triunfalmente a La Paz, rebautizándola como La Paz de Ayacucho en memoria de esa jornada histórica.

Sucre, al pasar por el Desaguadero, reconoció la nobleza y la determinación por la libertad en el suelo que pisaba. Este reconocimiento llevó a Sucre a convocar una asamblea deliberante en Oruro el 19 de abril de 1825, como lugar céntrico. Sin embargo, debido a circunstancias imprevistas, la asamblea se trasladó a Chuquisaca, comenzando sus labores el 24 de junio.

A pesar de que Oruro no tenía jurisdicción provincial, tuvo representación en la asamblea a través del Dr. José María Dalence, quien, aunque representante de Charcas, suscribió el acta de independencia en esta significativa reunión del congreso de las provincias del Alto Perú.

Sucre: La Amenaza y la Magnanimidad en Oruro

El 12 de marzo, el General Sucre partió de La Paz y cuatro días después fue recibido en Oruro con un entusiasmo desbordante, considerándolo el pueblo como su nuevo redentor.

Sin embargo, en medio de la alegría, se reveló un plan siniestro de asesinato contra Sucre. Olañeta, el traidor que huía hacia la frontera argentina, había preparado cobardemente este complot. El secretario privado de Sucre, José María Rey de Castro, relata en «Recuerdos del tiempo heroico» que en el camino de La Paz a Oruro, un militar del ejército de Olañeta llamado Pablo Leles, suizo, fue encargado de asesinar a Sucre de manera artera.

En Oruro, arrepentido de su participación en el plan, Leles reveló los detalles del crimen al Prefecto coronel Ortega. Olañeta había sugerido el envenenamiento y Leles presentó una pasta con arsénico y opio. También mostró cartas en las que Olañeta ordenaba entregar sumas de dinero para comprar cómplices.

Tras un breve sumario para verificar la verdad, Sucre demostró su magnanimidad al otorgar a Leles su sueldo de capitán y instarlo a abandonar el país. En una carta a Olañeta con fecha 16 de marzo, Sucre expresó: «Tal crimen no cabe sino en un corazón corrompido y malvado, y hablando sinceramente, no había creído capaz de él.»

El primer acto administrativo de Sucre en relación con Oruro fue la anexión territorial de Caracollo, que históricamente formaba parte de la provincia de Sicasica desde la época colonial.

Oruro en Celebración por la Independencia

A finales de septiembre de 1825, Oruro se engalanó para una celebración especial. Los arcos decorativos que se alzaban sobre las calles exhibieron todas las joyas y plata labrada que habían sido cuidadosamente ocultadas de la codicia de los dominadores.

Este espléndido evento marcó la llegada de dos libertadores, Bolívar y Sucre, que se dirigían desde La Paz hacia Potosí y Sucre. El pueblo estaba lleno de un entusiasmo delirante, y las masas provenientes de los pueblos cercanos llenaban el aire con aclamaciones al padre y libertador que pronto dejaría su huella en esta amada región de América, llamándola Bolivia.

Oruro, Nacimiento de un Nuevo Departamento

La organización del nuevo estado exigía la participación de representantes para establecer sus leyes constitutivas. Oruro estuvo representado en la Asamblea Constituyente por los diputados José María Dalence, José María Pérez de Urdininea y el presbítero Juan Manuel Mercado. Este último presentó el proyecto de ley que creaba el nuevo departamento, aprobado por unanimidad el 4 de septiembre y comunicado al Poder Ejecutivo, que lo promulgó al día siguiente. El decreto establecía la creación de un nuevo departamento al oeste de la República, compuesto inicialmente por las provincias de Oruro, Paria y Carangas, con Oruro como su capital.

Este acto marcó el inicio del desarrollo de las actividades políticas e industriales del Departamento de Oruro durante su primera centuria. Comenzó a organizar su administración con relativa autonomía y, gracias a sus antecedentes históricos, ha ganado consideración y respeto entre los demás departamentos hermanos.

El papel de Oruro en la vida institucional del país y sus progresos en diversas áreas serán examinados en capítulos posteriores.

Geografía del Departamento de Oruro

Geografía del Departamento de Oruro

El Departamento de Oruro, creado con límites que perduran hasta hoy, abarca 49,537 kilómetros cuadrados y se encuentra situado entre los 17°15′ y 19°40′ de longitud Oeste del meridiano de Greenwich.

Relieve Imponente

Destacan en su relieve montañoso el majestuoso Sajama con una altitud barométrica de 6,572 metros, seguido por el Parinacota con 6,348 metros y el Pomerape con 6,262 metros.

Sistema Hidrográfico

El lago Poopó, principal en el sistema hidrográfico, recibe los afluentes Desaguadero, Lauca y Márquez, originados en el Sajama y la Cordillera de los Frailes respectivamente.

Rica Diversidad Faunística

La fauna del departamento incluye especies codiciadas como la chinchilla, vicuñas, avestruces, perdices y diversas aves acuáticas. Entre los animales domésticos, corderos, alpacas y llamas son valiosos para ganaderos y el comercio local.

Límites Interdepartamentales

Los límites del departamento son con La Paz al norte, Potosí al sur y Cochabamba al este.

La Creación del Colegio Bolívar

La educación pública en el Alto Perú era limitada, careciendo de centros educativos más allá de la Universidad de San Javier, donde se ofrecían estudios facultativos, dejando a la mayoría de la población en la ignorancia.

Bolívar, con el objetivo de fortalecer la educación en el nuevo estado, recurrió a su maestro, don Simón Rodríguez, recomendando al General Sucre que le confiara la dirección técnica de los nuevos planteles educativos.

Por decreto del 28 de octubre de 1826, se creó el Colegio de Oruro de Ciencias y Artes, utilizando el edificio del extinguido convento de San Francisco, actual sede del Colegio Bolívar. En la historia de Oruro, este edificio no solo es majestuoso, sino también un espacio elegante y cómodo para su propósito.

El colegio sostendría con sus rentas a dieciséis jóvenes, diez de ellos huérfanos de las víctimas de la revolución y seis indígenas, cuya condición reclama atención especial del Gobierno. La condición para ingresar era saber leer y escribir, con edades entre 12 y 18 años.

El plan de instrucción se adaptó a las necesidades de la época y al entorno en el que se desenvolvían los estudiantes. La fundación solemne del Colegio Nacional Bolívar se llevó a cabo el 13 de junio de 1827, en homenaje al General Antonio José de Sucre, cuyo aniversario se celebraba en esa fecha.

Los documentos que informan sobre este acto trascendental fueron adquiridos por el historiador Dr. León M. Loza en Sucre. Entre ellos se encuentra un oficio del Prefecto al Ministro del Interior, que relata la apertura del colegio en el nuevo Departamento de Oruro, siendo denominado «BOLIVAR» en honor al fundador de la República.

Conflictos y Transformaciones en Oruro

Durante las campañas de la guerra de independencia, Oruro fue codiciada por su estratégica posición, recursos y facilidad para obtener suministros. Este patrón se repitió en posteriores conflictos, convirtiendo a Oruro en un cuartel general constante.

En 1828, el General Gamarra invadió Bolivia, ocupando La Paz sin resistencia. Oruro, bajo el mando del General Braun, intentó resistir, pero el pueblo acogió a las fuerzas de Gamarra como libertadoras. La animadversión hacia el ejército colombiano se debió a sus abusos y licencias, generando descontento en Bolivia.

La situación culminó con el tratado de Piquiza, impuesto bajo el imperio de la fuerza. Este tratado, denunciado por el Mariscal de Ayacucho, incluía la condición de sostener las fuerzas de ocupación con las rentas de Oruro y La Paz.

La invasión de Gamarra provocó divisiones entre los líderes del ejército boliviano. El gobierno de Santa Cruz intentó contener el malestar, pero las tensiones llevaron a un periodo desgraciado de guerra civil. Oruro se vio afectado por intentos subversivos, como la rebelión de Ballivian en 1840, liderada por los sargentos Pecho y Melgarejo. El movimiento terminó en un desastroso intento de tomar la fortaleza y resultó en el fusilamiento de una quinta parte de los insurgentes.

Episodios Decisivos, historia de Oruro

Durante las campañas de la guerra de la independencia, en la historia de Oruro, se convirtió en un objetivo estratégico. Su ubicación central, recursos financieros y la facilidad para obtener tejidos locales para vestir a las tropas lo hicieron codiciado. Esta tendencia se repitió en conflictos posteriores, consolidando a Oruro como un cuartel general constante.

En 1828, el General Gamarra invadió Bolivia, ocupando La Paz sin resistencia. El General Braun intentó desalojarlos sin éxito en Oruro. El pueblo, sintiéndolos como liberadores de la opresión colombiana, apoyó a las fuerzas de Gamarra contra Braun.

La animadversión hacia el ejército colombiano se justifica por sus abusos. El General Sucre, deseando salvar al país, se esforzó por devolver el ejército libertador a su patria. La invasión culminó con el tratado de Piquiza, que imponía a Bolivia condiciones fuertes, como sostener las fuerzas de ocupación con las rentas de Oruro y La Paz.

Esta invasión marcó el inicio de disturbios internos, incluida la trágica muerte del presidente Blanco en la Recoleta de Sucre. El gobierno de Santa Cruz logró detener el malestar distrayendo al militarismo con campañas en Perú, pero se desencadenó un periodo de guerra civil.

En 1840, el batallón Legión se sublevó en Oruro, proclamando a Ballivián. La rebelión terminó en un desastre para los insurgentes, con fusilamientos y caos.

En 1841, Gamarra invadió nuevamente, dividiendo al país entre partidarios de Ballivián y Velasco. El Batallón 12 de Oruro se destacó en la batalla de Ingavi, que enterró las ambiciones peruanas y consolidó la autonomía boliviana. Los héroes orureños de Ingavi incluyen a generales como Mariano Sierra y Bernabé Mendizábal, quienes desempeñaron un papel crucial en la victoria.

Conflictos y Revueltas en Oruro (1843-1848)

La victoria de Ingavi, aunque encumbró la figura de Ballivian, no logró apaciguar las tensiones y resentimientos en su contra. El partido de Santa Cruz, dirigido desde el exterior, alimentaba conspiraciones que mantenían la inestabilidad pública. Ballivian, en un intento desesperado por mantenerse en el poder, recurrió a medidas extremas. Descubierta una conspiración en Sucre, varios líderes fueron fusilados en Oruro en febrero de 1843.

Manuel Isidoro Belzu, nacido en Poopó, protagonizó un antagonismo político con Ballivian debido a desavenencias personales. Para precipitar la caída de Ballivian, Belzu se alió con los descontentos del sur. La revuelta, proclamando presidente a Velasco, se extendió a Oruro. Guilarte, gobernante transitorio, fue sublevado y asesinado por las tropas insurgentes.

Con la presidencia de Velasco y un Congreso extraordinario en Sucre en 1848, las fuerzas militares en Oruro se sublevaron nuevamente, proclamando a Belzu como presidente. Aunque negó su participación ante el Congreso, Belzu se unió a la lucha, derrotando a Velasco en la batalla de Yamparáez y consolidando su dominio.

Bolivianos Contra Caudillos Militares y Amenazas Externas en Oruro

La historia de Bolivia ha experimentado episodios marcados por la dominación de caudillos militares, dejando páginas teñidas de rojo. Los pronunciamientos para instaurar tiranías han frenado el progreso del pueblo. El gobierno de Belzu, resistido y respaldado por la fuerza, se enfrentó a múltiples levantamientos, destacando el de Oruro en marzo de 1848. Belzu, agobiado por conspiraciones, impulsó medidas extremas y su gobierno fue más resistido que el de Ballivián.

El partido antibelcista liderado por el Dr. José María Linares conspiró durante la administración de Belzu. En 1855, Belzu convocó elecciones, imponiendo a Jorge Córdova, y la rivalidad persistió. En 1857, un levantamiento en Oruro llevó a la proclamación de Linares. El golpe de estado de 1861 y el gobierno de Acha marcaron un periodo de inestabilidad. En 1862, Gregorio Pérez se levantó contra Acha y se libró la batalla de San Juan en Oruro. En 1863, el Congreso en Oruro rechazó las tendencias de Chile, expresando la primera protesta contra sus acciones en el territorio boliviano.

El Auge y Caída de Mariano Melgarejo en la Resistencia, la historia de Oruro

Mariano Melgarejo, un líder sanguinario, emergió como tirano tras derrocar al presidente constitucional en 1864. Su violenta gira triunfal por Oruro y La Paz encontró indiferencia y temor. En marzo del ’65, ante la amenaza de Belzu y el respaldo de La Paz a este, Melgarejo cambió de rumbo. Oruro, esperando su retirada, se organizó en apoyo al movimiento paceño.

Tras destituir a las autoridades de Melgarejo, Oruro formó una división militar bajo el mando de Vicente Ascarrunz. Su llegada triunfal a La Paz generó esperanzas de victoria, pero la noticia de la derrota en Potosí desalentó a la población. La división orureña, desconfiando de Arguedas, planeó subrogarlo, resultando en arrestos y confinamientos.

El estancamiento militar en La Paz llevó a Arguedas a buscar a Melgarejo al norte. Sin embargo, su ineptitud y retirada precipitada tras la derrota en Huanuni debilitaron la resistencia. Mientras Melgarejo avanzaba, dejaba a su paso saqueos y represalias. La guarnición de Chayanta hostigaba a Melgarejo, pero la retirada del ejército constitucional dejó a Oruro vulnerable.

Melgarejo, al entrar a Oruro desierto, exigió un préstamo a una distinguida residente, señalando la decadencia económica causada por sublevaciones anteriores. Aunque la mujer no pudo proporcionar la cantidad exigida, el tirano limitó su cuota a 3,000 pesos, que obtuvo tras el despojo.

Historia de Oruro, Resistencia y Represión en Bolivia (1866)

El 24 de Enero de 1866, Melgarejo logró una victoria en Letanías y dos días después ocupó La Paz, que se rindió y humilló. A pesar de los esfuerzos de La Paz y Oruro para reconstruir el país, sus intentos fueron en vano.

A los vencidos no les quedó más opción que la expatriación. Aunque Melgarejo decretó una amnistía general, esta resultó ser un ardid para atraer a sus adversarios y llevarlos al patíbulo, como fue el caso de Pedro Llano y X. Gamez.

Enterado de la amnistía, el Teniente Coronel Vicente Ascarrunz, primer jefe de la artillería, regresó de la frontera peruana hacia Oruro, donde tenía parte de su familia. Sin embargo, fue arrestado en el camino y llevado a La Paz. En ese momento, Melgarejo estaba entregado a sus orgías, pero el Dr. Mariano Donato Muñoz impidió que se le diera aviso. A pesar de sus esfuerzos, uno de los esbirros informó a Melgarejo.

Melgarejo ordenó que Ascarrunz fuera ejecutado al amanecer. El Dr. Muñoz, temiendo la repetición de la orden, fomentó la embriaguez de Melgarejo, quien olvidó su decisión sangrienta. Un día después, Ascarrunz logró escapar, salvando así su vida. El Dr. Muñoz, al facilitar la evasión, quedó como un héroe y se convirtió en un padre ejemplar y ciudadano útil para su país.

Domino Implacable: Melgarejo en Oruro (1866)

Con el objetivo de controlar la resistencia, la demagogia, Melgarejo decidió no alejarse de los centros de La Paz y Oruro, donde dominaba con fuerza. En agosto de 1866, trasladó la sede del gobierno a Oruro, así liberado de opositores que tomaron las armas contra él.

El tirano, ensimismado en su aislamiento, generaba un ambiente de temor palpable. Se hacía presente a través de los sonidos marciales de su guardia y las alegres melodías de las bandas de música que acompañaban sus excesos.

Las persecuciones continuaron sin tregua. Los esbirros, multiplicándose en torno al dictador, perseguían implacablemente a quienes consideraban enemigos del gobierno. Santos, remitido desde Cochabamba a La Paz, fue ejecutado de inmediato. En un acto igualmente brutal, Cirilo Barragan, periodista proveniente de Oruro, fue fusilado horas después de su llegada en un solar cercano a la fortaleza.

Estos actos de ferocidad, comprensiblemente, generaron indignación y terror en la población.

Historia de Oruro, Desafiando la Opresión de Melgarejo

En la historia de Oruro, 1870, Mariano Melgarejo consolidó su dominio en Oruro durante el congreso convocado para proclamarlo presidente constitucional de Bolivia. Durante su estadía, los residentes, temerosos de represalias, mantenían cerradas sus puertas y solo las abrían cautelosamente. La paranoia del tirano se evidenció en incidentes como el enfrentamiento con un comerciante y la amenaza de flagelación por su simple presencia.

El 10 de agosto, se llevó a cabo la proclamación, marcando otro capítulo de sumisión ante un congreso que canonizaba actos salvajes. Mientras tanto, la resistencia renació en el Sur y el Oriente, destacando el pronunciamiento del general José Manuel Rondón en Potosí.

Melgarejo respondió dirigiéndose a Potosí, dejando tropas en La Paz y Oruro. Logró la victoria en Potosí el 28 de noviembre después de una feroz resistencia. En La Paz, el Batallón 3o. se rebeló bajo Hilarión Daza, uniéndose al movimiento liderado por el general Agustín Morales.

En la historia de Oruro, cuna de la resistencia, la población se alzó nuevamente el 27 de noviembre, tomando el palacio de gobierno tras un asalto. Las autoridades de Melgarejo, encabezadas por el cruel comisario Angel M. Morales, fueron enfrentadas y repudiadas por el pueblo, marcando un episodio de desafío ante el tirano.

Historia de Oruro, Después de la Tiranía

Tras liberarse de la tiranía, Oruro experimentó un notable renacimiento. La reintegración de ciudadanos previamente excluidos trajo consigo una paz restaurada en los hogares. Durante los conflictos previos, las actividades económicas, especialmente la minería, sufrieron un fuerte golpe.

Con la implementación de garantías públicas y una administración eficiente por parte de la Soberana Asamblea Constituyente de 1871, la situación comenzó a cambiar. Bajo el liderazgo del Dr. Francisco Morales como Prefecto del Departamento, así la historia de Oruro siguió y se reactivaron las actividades mineras con inversiones extranjeras y nacionales. Empresas destacadas marcaron un nuevo comienzo, y la introducción del sistema de lixiviación en 1893 contribuyó al desarrollo.

Jóvenes intelectuales y la clase obrera participaron activamente en las labores mineras, mientras que el comercio experimentó un auge con la establecimiento de firmas extranjeras. La llegada de inmigrantes extranjeros también impulsó el crecimiento industrial.

El renacimiento de Oruro (en la historia de Oruro), no solo se reflejó en el ámbito económico, sino también en el aumento de la población. Visionarios ingenieros anticiparon y contribuyeron al periodo próspero que finalmente llegó a la realidad.

Estractado:

Título del libro: Compendio de historia de Oruro
Autor (es): Enrique Condarco

Resumido y adaptado para Internet por: BoliviaTeca