El Carnaval de Oruro, Vibrante y Colorido
Historia del Carnaval de Oruro, esta en el corazón de Bolivia, la ciudad de Oruro se convierte en un escenario de magia y tradición durante su celebración más majestuosa: el carnaval. Esta festividad no solo atrae a la población local, sino que es un imán para visitantes de todo el país y del extranjero, quienes llegan para participar en las danzas con fervor hacia la Virgen del Socavón o simplemente para deleitarse como espectadores.
El carnaval es mucho más que un evento festivo; es un acontecimiento social que transforma la vida cotidiana de las sociedades andinas, ya sea en entornos urbanos o rurales. En palabras de Marcelo Lara, es un «importante evento social que una vez al año transforma el ritmo de vida diaria a través de manifestaciones y comportamientos en el espacio público».
Este despliegue festivo abarca prácticas religiosas, bailes, música, gastronomía y una explosión de alegría y diversión que marca un quiebre en la rutina habitual. Es un momento donde las diferencias sociales, las historias personales y las tradiciones se entrelazan, permitiendo a cada individuo expresar su identidad y pertenencia a través de la participación en grupos y el disfrute de las festividades.
Un Viaje a Través de la Historia
El carnaval de Oruro es también un testimonio vivo de la historia boliviana, desde sus raíces prehispánicas hasta el presente. Este legado se divide en seis periodos significativos que reflejan la evolución de esta celebración a lo largo del tiempo.
Primer Periodo: Raíces Prehispánicas
Las raíces del carnaval se remontan a las creencias y prácticas religiosas de los pueblos andinos, especialmente en torno a la actividad agrícola. Desde noviembre, con la celebración de Todos Santos, hasta febrero o marzo, durante la precosecha, se realizaban rituales que honraban a los difuntos y pedían por la fertilidad de las cosechas. Estos rituales, influenciados por la llegada de los españoles, evolucionaron con nuevos significados, especialmente durante la época de la explotación minera.
Segundo Periodo: Época Colonial
Durante el siglo XVIII, la ciudad de Oruro vivía un momento político crucial, aunque aún no se consolidaba la componente religiosa del carnaval. Los danzarines, mayormente cholos, expresaban su visión crítica de la situación política a través de coplas y bailes. Fue a partir de 1789, con el crecimiento del catolicismo y la aparición de la Virgen de la Candelaria, que se gestó la identidad festiva que caracteriza al carnaval de Oruro en la actualidad.
El Carnaval de Oruro, un Legado de Tradición y Renovación
El carnaval de Oruro es más que una fiesta; es un legado cultural que se renueva cada año, manteniendo vivas las tradiciones ancestrales y adaptándose a los cambios del tiempo. En sus danzas y rituales se encuentra la esencia misma de la identidad boliviana, un crisol de historias, creencias y emociones que se fusionan en una explosión de color y alegría.
Así, el carnaval de Oruro se erige como un símbolo de la diversidad y la riqueza cultural de Bolivia, atrayendo a miles de personas que buscan sumergirse en la magia de esta celebración única en el mundo.
La leyenda de Wari y los Urus
La leyenda de Wari y los Urus narra la historia de un semidiós llamado Wari y los habitantes del pueblo Uru-Uru, quienes adoraban a Pachacamaj, representado por Inti, el dios sol. Enfadado por esto, Wari los sumió en la oscuridad y la maldad, hasta que una misteriosa ñusta apareció y les enseñó a distinguir el bien del mal. Wari intentó vengarse enviando plagas, pero la ñusta, vestida de blanco y armada con una espada y una honda, enfrentó y derrotó cada plaga, convirtiendo a las criaturas en rocas inertes. Al final, se revela que la heroína era la Virgen del Socavón, patrona de Oruro y protectora del pueblo. CLIC PARA LEER COMPLETO
La leyenda del Chiru-Chiru
La leyenda del Chiru-Chiru cuenta la historia de un ladrón que vivía en las faldas del cerro «Pie de Gallo» y que era devoto de la Virgen de la Candelaria. Durante años, cometió robos pequeños hasta que un día fue encontrado muerto en su guarida, donde tenía una imagen de la Virgen.
Se cree que la Virgen lo asistió en sus últimos momentos tras ser herido en un robo, y al morir, se transformó en la imagen que se encontró. Los vecinos decidieron honrar a la Virgen, renombrando la mina como «Socavón de la Virgen» y estableciendo una festividad anual en su honor, donde los mineros se disfrazan de diablos para representar la caída de Luzbel. Esta festividad, que sigue siendo celebrada con devoción, honra a la Virgen del Socavón, Patrona de los mineros de Oruro, y recuerda la historia del arrepentimiento y la devoción de Chiru-Chiru. CLIC PARA LEER COMPLETO
La Leyenda del Nina Nina
La leyenda Mariana del Nina-Nina relata la historia de Anselmo Belarmino, apodado el Nina-Nina, quien era devoto de la Virgen de la Candelaria en las faldas del cerro ‘Pie de Gallo’. Un día, mientras encendía velas, presenció un incidente entre Lorenza Choquiamo y su padre, Sebastián Choquiamo, que resultó en un enfrentamiento donde Belarmino fue herido y luego socorrido por una misteriosa joven vestida de negro, a quien creyó ser la misma Virgen que veneraba. Esta leyenda también se relaciona con la aparición del cuadro de la Virgen del Socavón y el inicio de la devoción a esta virgen entre los mineros y la plebe de la ciudad durante la época de 1890, cuando la Diablada comenzaba a destacar en el carnaval, atrayendo incluso a personas de la clase alta. Ver leyenda completo
Carnaval de Oruro 1900 y 1940
Durante el periodo comprendido entre 1900 y 1940, el carnaval en Oruro tomó una forma peculiar, reflejando las divisiones sociales de la época. Según Abercrombie, citado por Lara, la ciudad albergaba dos desfiles distintos, cada uno representando realidades muy diferentes.
Por un lado, estaban los fastuosos bailes de gala, reservados para la elite de la sociedad. Estos eventos eran verdaderas obras de arte en sí mismos, con disfraces elaborados, máscaras intrigantes, música envolvente, exquisitos menús y abundante champagne. La exclusividad era palpable, con invitaciones selectas y estricto control para evitar infiltraciones no deseadas.
Por otro lado, se desarrollaban las comparsas populares en barrios considerados marginales. Aunque en esa época no atraían multitudes como en la actualidad, estas comparsas tenían su propia riqueza cultural y devoción. Las primeras comparsas devotas eran variadas y representaban diferentes oficios y grupos sociales, desde los diablos hasta los vendedores de coca, cada uno con su identidad y tradiciones arraigadas.
Devoción y Esplendor en el Carnaval de Oruro
Lo más destacado de este periodo era la importancia de los cargamentos de joyas para la Virgen. Estos cargamentos, en ocasiones más numerosos que los propios danzarines, eran verdaderas muestras de devoción y esfuerzo comunitario. Las imágenes antiguas muestran cómo los danzarines acompañaban y resguardaban estos valiosos obsequios a la Virgen.
La entrada de cargamentos se convertía en un espectáculo único, con mulos engalanados y cargas de plata y tesoros, todo exhibido con orgullo y reverencia. La simbiosis entre lo terrenal y lo divino, entre la tradición indígena y el catolicismo, se manifestaba de manera vívida en este desfile de riquezas y creencias.
Con el paso del tiempo, las influencias modernas se hicieron sentir, introduciendo camiones y automóviles en el transporte de los cargamentos. Sin embargo, la esencia y la devoción seguían siendo las mismas, con los danzarines participando detrás de estas manifestaciones materiales de fe y tradición.
Este periodo marcó una etapa de consolidación y esplendor para el carnaval de Oruro, donde las actividades como los cargamentos eran el centro de atención y admiración, incluso destacados por la prensa de la época como elementos principales de la festividad. Es importante señalar que, en ese contexto, las mujeres y los niños aún no tenían un papel activo en la entrada del carnaval, reflejando las dinámicas sociales y culturales de la época.
Carnaval de Oruro 1940 a 1980
El periodo que abarca desde 1940 hasta 1980 marcó una etapa de expansión y transformación significativa para el carnaval de Oruro. Después de la Guerra del Chaco, las danzas se multiplicaron y se diversificaron, atrayendo la participación de diferentes clases sociales, incluyendo a miembros de la élite que se unieron al carnaval popular.
Los llamados «pijes» o «qaras», como eran conocidos estos hombres bien vestidos y distinguidos, irrumpieron en la tradicional comparsa de los diablos y otros grupos, marcando un cambio en la dinámica del carnaval. Esta inclusión de nuevas clases sociales y estilos de participación dio lugar a un crecimiento rápido del evento, con un aumento notable en el número de danzarines y conjuntos participantes.
La popularidad de la danza de los diablos se consolidó durante este periodo, convirtiéndose en una de las más significativas y aceptadas por la población. Sin embargo, también surgieron nuevos conjuntos y danzas, como los morenos, tobas y una variedad de expresiones folklóricas que enriquecieron aún más el carnaval.
En contraste con la época anterior, donde los cargamentos eran el foco principal, durante estos años las danzas y los conjuntos tomaron el protagonismo, eclipsando en cierta medida la antigua entrada de cargamentos. La organización y estructura del carnaval evolucionaron, dando lugar a la conformación de grupos más diversos y a la incorporación de nuevas expresiones culturales.
La década de 1960 fue testigo de la fundación del Comité de Defensa de los Conjuntos Folklóricos, un hito importante en la organización y preservación del carnaval. Posteriormente, Oruro fue reconocida como la «Capital Folklórica de Bolivia» y se implementaron normativas para garantizar su organización y desarrollo.
Carnaval de Oruro entre 1980 y 2001
El periodo entre 1980 y 2001 se caracterizó por el crecimiento y la consolidación del carnaval como un evento de relevancia nacional e internacional. La participación de las mujeres en los conjuntos folklóricos adquirió un protagonismo notable, añadiendo un espectáculo visual y cultural único al evento.
El reconocimiento oficial y la declaración del carnaval como Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad por parte de la UNESCO en 2001 fueron hitos significativos que destacaron la importancia y el valor cultural de esta celebración para Bolivia y el mundo entero.
Actualmente, el carnaval de Oruro es un espectáculo majestuoso que involucra a personas de todas las edades, clases sociales y géneros. La preparación y organización del evento demanda un trabajo constante a lo largo del año por parte de diferentes entidades gubernamentales y organizaciones culturales, asegurando así que cada edición sea un éxito y un orgullo para el país.
Carnaval de Oruro
El Carnaval de Oruro es un evento que abarca todo el año, con una serie de actividades y festividades que culminan en la celebración principal durante el sábado de carnaval. Este proceso se inicia desde noviembre con el primer convite, seguido de veladas, ensayos, y actividades religiosas hasta llegar al gran día de la peregrinación danzando en honor a la Virgen del Socavón.
Fiesta de la Candelaria
La Fiesta de la Candelaria en honor a la «Virgen del Socavón» es una celebración significativa que comienza la noche del 1 de febrero con una procesión masiva por las calles de Oruro. En esta procesión participan los mineros luciendo sus mejores atuendos mientras cargan la imagen de la Mamita del Socavón. Acompañan esta procesión los principales representantes de la iglesia y autoridades departamentales. Luego se suman todos los conjuntos que danzarán en la entrada del carnaval, algunos llevando sus cargamentos y otros portando imágenes para ser bendecidas. Al finalizar la procesión, se reúnen miembros de todas las iglesias y parroquias de la ciudad.
Durante esta festividad se realiza una procesión con estaciones preparadas por devotos a lo largo del recorrido. Al llegar a la plazuela del Santuario, se celebra una misa y se presenta un desfile de artistas que dedican sus cantos principalmente a la Virgen.
El siguiente día se lleva a cabo el Mini Calvario en la plazuela del Socavón, un evento muy concurrido donde los comerciantes ofrecen una variedad de productos comestibles y bebidas en miniatura. Estos productos son intercambiados por billetes de alasita, los cuales se adquieren cambiándolos por bolivianos en los puestos que funcionan como bancos. Este evento se extiende durante todo el día y atrae a familias enteras. Durante este día también se realizan misas en honor a la Virgen.
En los últimos años, la Fraternidad Artística y Cultural «La Diablada» ha estado rescatando tradiciones antiguas durante la Fiesta de la Candelaria. Después de su misa, realizan una procesión por los arcos preparados por sus miembros, presentan una demostración coreográfica y comparten el tradicional fideosucho con todos los asistentes, haciendo de este evento una experiencia cultural única y emotiva para la comunidad.
El primer Convite
El primer convite, realizado en noviembre, marca el inicio oficial del carnaval. Es un momento de renovación de la promesa para los danzarines antiguos y de compromiso para los nuevos, quienes prometen bailar durante tres años en honor a la virgen. Durante esta peregrinación, los danzarines recorren 3 kilómetros hacia el santuario, demostrando su devoción y compromiso. Al llegar al santuario, realizan un juramento ante un representante religioso y tienen un momento de encuentro personal con la virgen.
último Convite
El ensayo final antes del carnaval es el momento culminante donde todos los danzarines, incluyendo aquellos que viajan de lejos, se congregan. Aquí, se renueva la devoción religiosa y se afianza la promesa hecha en el primer ensayo. Es una oportunidad crucial para perfeccionar las coreografías que han sido meticulosamente ensayadas durante semanas.
Este ensayo tiene lugar un domingo antes del gran desfile, siguiendo la misma ruta y orden que la entrada oficial. Las gradas ya están montadas, y una multitud de espectadores se congrega para presenciar el evento. Además de la comunidad local, están presentes los familiares de los danzarines y aquellos que buscan asegurar un lugar privilegiado para el día principal.
Este ensayo final es esencial para asegurar que todo esté sincronizado y listo para el momento estelar de la peregrinación.
Comienzo de la Feria del Calvario
Este día también marca el comienzo de la «Feria del Calvario» en la Plazuela del Folklore, donde se encuentran puestos de artesanías, comida típica, juegos y actividades para toda la familia, creando un ambiente festivo que perdura hasta el carnaval.
El carnaval continúa con actividades complementarias durante los siguientes días, incluyendo la entrada como corso el domingo, el día del diablo el lunes, las ch’allas el martes, y el corso infantil el siguiente domingo. Finalmente, el carnaval concluye con la entrada de bordadores, donde los artesanos muestran sus mejores trabajos y expresan su fe en honor a la Mamita del Socavón. Este proceso anual demuestra la profundidad de la tradición y la devoción que rodea al Carnaval de Oruro, un evento que une a la comunidad en celebración y cultura.
La Cuenta Regresiva para el Carnaval de Oruro
Durante las semanas previas al Carnaval de Oruro, se llevan a cabo las veladas, eventos que tienen lugar todos los viernes en la sede de la A.C.F.O. donde los conjuntos se reúnen para prepararse conjuntamente. Además, cada sábado los conjuntos y fraternidades participantes realizan sus propias veladas en sus sedes o casas particulares, organizadas por bloques, pasantes o de manera conjunta. Estas veladas son momentos de encuentro donde se fortalecen los lazos entre los integrantes del conjunto, se realizan rezos, se comparten akhullikus de coca, bebidas, bocadillos, y se pueden llevar a cabo rituales como misas u ofrendas a la Pachamama, dependiendo de las tradiciones de cada grupo (ver anexo 6).
Durante estas veladas también se realizan rifas con el propósito de recaudar fondos para cubrir los gastos del carnaval. Los premios son donados por los propios danzarines, quienes los ofrecen con afecto y compromiso.
Los conjuntos siguen un cronograma de ensayos que se intensifican especialmente a partir de enero, después de las festividades de fin de año. Estos ensayos son cruciales para practicar coreografías y mejorar la resistencia física necesaria para los días del carnaval. También se realizan recorridos por la ciudad todos los domingos, con las bandas interpretando las melodías de las diferentes danzas, lo que crea una atmósfera festiva y anuncia la proximidad del carnaval. Los ensayos se vuelven más intensivos en los días previos al evento, con prácticas nocturnas y el sonido de las bandas llenando las calles de Oruro con la energía de las danzas que pronto serán exhibidas en el carnaval.
Festival Nacional de Bandas
El Festival Nacional de Bandas es algo que simplemente no puedes perderte en el carnaval. Es como sumergirse en un mar de música, color y emoción desbordante. Imagina miles de músicos unidos, vestidos con los vibrantes colores de nuestra bandera, tocando melodías que resuenan en lo más profundo del alma.
Cada nota que emana de los instrumentos es como un latido del corazón de nuestra cultura, un tributo vibrante a la Virgen del Socavón y a nuestra rica herencia musical. Las coreografías ejecutadas por los danzarines añaden un toque de gracia y belleza, convirtiendo el evento en un espectáculo verdaderamente memorable.
El ambiente está cargado de energía positiva y orgullo nacional. Es un momento en el que todos nos unimos en celebración, donde la música se convierte en el lenguaje universal que conecta nuestros corazones y nos hace vibrar al unísono. Es una experiencia que te llena de alegría y te deja con recuerdos imborrables de la magia del carnaval en todo su esplendor.
Anata Andino
El Anata andino es como una explosión de raíces y tradiciones que llegan desde lo más profundo de nuestras comunidades rurales. Es el momento en que la ciudad de Oruro se llena de vida, colores y sonidos ancestrales que nos conectan con nuestra tierra y nuestras cosechas.
Imagina un desfile de danzas auténticas, cada una con su significado ritual y su historia arraigada en la tierra misma. Desde los rincones más remotos del país, llegan comunidades con sus trajes típicos, sus instrumentos ancestrales y sus pasos de baile transmitidos de generación en generación.
Es un espectáculo que nos recuerda la importancia de la tierra y la naturaleza en nuestras vidas. Cada danza es un agradecimiento por la abundancia de la cosecha, una celebración de la vida misma. Y el hecho de que ahora se comparta este legado con espectadores de todo el mundo en la ciudad de Oruro. Lo convierte en un evento verdaderamente especial y enriquecedor para todos los que tienen el privilegio de presenciarlo.
Sábado de Carnaval
El sábado de carnaval es el clímax de toda una preparación llena de emoción y dedicación. Los danzarines, vestidos con sus trajes más deslumbrantes y coloridos, dan vida a una coreografía que contagia alegría y energía a cada paso. Las bandas no dejan de tocar, y el bullicio de los espectadores se mezcla con la música en un ambiente de fiesta sin igual.
Es un desfile que parece no tener fin, con miles de personas disfrutando de cada actuación, tomando fotos y participando como si fueran parte misma del espectáculo. Aunque el peso de los trajes y el largo recorrido hacen que la peregrinación hasta el Santuario sea un desafío físico, el espíritu de celebración y la fuerza de la fe los impulsa a llegar hasta los pies de la Virgencita.
El evento ha crecido tanto en los últimos años que ahora abarca casi un día completo, con todos los conjuntos participando con la misma pasión y entusiasmo, sin importar la hora. Los espectadores, siempre presentes en las graderías, mantienen viva la atmósfera festiva durante toda la jornada.
Al finalizar el recorrido, los danzarines ingresan al Santuario con gratitud en el corazón, recibiendo la bendición del padre y cumpliendo con la peregrinación al pasar de rodillas por los pies de la imagen de la Virgen. Es un momento de conexión espiritual y agradecimiento que culmina con las melodías vibrantes de las bandas, marcando así el final de una experiencia inolvidable.
El Alba del Carnaval de Oruro
El «alba» es como el despertar de un sueño encantado, donde la música y la alegría se fusionan en un abrazo cósmico. Las bandas, con sus notas vibrantes, llenan la avenida Cívica de vida y color.
Mientras la multitud se entrega al ritmo, dejándose llevar por la magia del carnaval. Los platos típicos como el rostro asado, la ranga, o el api, se convierten en delicias que danzan en el paladar, acompañando la fiesta con sabores que despiertan los sentidos.
Domingo del Carnaval
El domingo de carnaval es como un lienzo en blanco donde la creatividad y la diversión se entrelazan. El corso vuelve a tomar las calles desde temprano, pero esta vez con un aire de libertad. Los danzarines, sin caretas, se sumergen en la fiesta, decorando el ambiente con globos y serpentinas, creando un espectáculo visual que hipnotiza a los espectadores. Aunque ya no ingresan al Santuario, la energía contagiosa de la celebración sigue vibrando en cada rincón, animando a todos a seguir bailando hasta el último compás.
Lunes del Carnaval
El lunes de carnaval es un día de despedidas y celebraciones profundas. Las misas devocionales en el Santuario son como puentes hacia lo sagrado, ofreciendo a la Virgen las emociones y los deseos de los conjuntos participantes. En la plaza del Folklore, los arcos de plata se erigen como monumentos de devoción. Mmientras los danzarines danzan en honor a la Virgen, acompañando las imágenes en procesiones llenas de significado y simbolismo. Los relatos de los diablos y los pecados capitales, así como los relatos históricos de los incas, dan vida a la historia y la tradición. Recordando el camino que nos llevó hasta aquí.
Martes de Carnaval
El martes de carnaval es un día de gratitud y celebración en comunidad. Las ofrendas rituales son como hilos de conexión con lo divino. Mientras las calles se llenan de colores, música y juegos de agua que refrescan el alma. Es un día para compartir en familia, para reír, bailar y disfrutar de la vida en su máxima expresión.
Corso Infantil
El corso infantil es como un cuento de hadas hecho realidad, donde los niños se convierten en los héroes de la fiesta. Con sus trajes coloridos y sus pasos llenos de alegría, dan vida a las danzas ancestrales, mostrando su creatividad y talento en cada movimiento. Es un día para celebrar la inocencia, la diversión y la magia de ser niño, uniendo generaciones en una danza de felicidad y amor.
Conclusiones
El carnaval de Oruro es mucho más que una celebración festiva. Es un viaje emocional a través de la historia de Bolivia, la tradición y la espiritualidad. Desde los primeros preparativos hasta el último corso infantil, cada momento está impregnado de magia y significado. Las danzas, los rituales, las ofrendas y las celebraciones son expresiones profundas de la identidad y la fe de un pueblo.
Es un festival que une a comunidades, familias y generaciones en una celebración de alegría, color y diversidad cultural. La devoción a la Virgen del Socavón se entrelaza con la música, la danza y la gastronomía en una sinfonía de emociones y experiencias.
El carnaval de Oruro es un homenaje a la historia y las tradiciones ancestrales. También es un reflejo de la creatividad y la vitalidad de un pueblo que celebra la vida con pasión y entusiasmo. Es un recordatorio de la importancia de preservar y valorar nuestras raíces culturales. Al mismo tiempo que nos invita a compartir nuestra alegría y nuestra diversidad con el mundo entero.
En resumen, el carnaval de Oruro es un tesoro cultural que brilla con luz propia. Uniendo lo sagrado y lo profano en una experiencia única que deja una huella imborrable en el corazón de quienes tienen el privilegio de vivirlo.
Fuentes: Periódico La Patria, BELTRÁN, Augusto. El Carnaval de Oruro Bolivia, REVOLLO, Antonio. Apuntes del “Carnaval Sagrado” de Oruro, Condarco, Carnaval de Oruro, LLANQUE, Jorge. Ritos, leyendas y símbolos de Oruro